Hambre
La novela refleja las consecuencias económicas de la posguerra española a través del tema del hambre y la escasez. La situación económica de la familia de Andrea es difícil, y personajes como Gloria y Angustias se ven obligados a buscar comida de manera clandestina para sobrevivir. El hambre en la novela refleja la privación material de la época, la lucha por la supervivencia y las tensiones sociales que marcan la vida cotidiana de los personajes.
Violencia
En Nada, la violencia se presenta tanto de forma física como psicológica en la disfuncional casa de Aribau. La violencia física está representada por Juan, quien, con su agresividad, golpea a Gloria. La violencia psicológica, por su parte, es representada por Román, quien manipula y humilla a los demás, especialmente a Andrea, controlando sus pensamientos y emociones e intentando una relación incestuosa. Estos tipos de violencia contribuyen al clima opresivo y angustiante que caracteriza la vida de los personajes.
Amistad
La amistad es crucial para Andrea, especialmente su relación con Ena. A través de su amistad con Ena y otros compañeros, Andrea encuentra una vía de escape frente a la violencia y la opresión de su hogar. Sin embargo, el distanciamiento entre ellas, provocado por la relación de Ena con su tío Román, marca el conflicto central de la novela. A pesar de la traición y decepción, la amistad le ofrece a Andrea momentos de liberación, felicidad y consuelo emocional.
Moral y lo Humano
La moralidad en Nada está representada principalmente por la figura de Angustias, quien impone una moral rígida y conservadora a Andrea, limitando su libertad. Le impone los dos caminos tradicionales para la mujer: el matrimonio o la vida religiosa. Andrea, al enfrentarse a estos valores, busca una forma de vivir que refleje sus propios deseos y necesidades, lo que la lleva a un proceso de autodescubrimiento. Lo humano se presenta en la evolución de Andrea a través de sus relaciones, como la amistad con Ena o el cariño hacia su abuela, que la enriquecen emocionalmente.
Guerra Civil
Aunque no se menciona de forma explícita en cuanto a los bandos, la Guerra Civil está presente como el trasfondo de la novela, marcando la vida de los personajes con sus consecuencias psicológicas, económicas y sociales. La novela muestra los efectos destructivos de la guerra, pero se enfoca más en el impacto en la vida cotidiana de los personajes. La guerra deja huellas evidentes, como el autoritarismo de Juan y el control que ejerce Angustias, reflejando los efectos del régimen franquista. Mientras, la alta burguesía no siente sus consecuencias, sino que se beneficia económicamente de ella. La guerra, así, aparece como un fenómeno destructivo que también fomenta la indiferencia y la codicia.
Conflicto entre la Antigua Posición Social y la Actual de la Familia
La familia de Andrea pertenecía a la clase media acomodada antes de la Guerra Civil, pero, después del conflicto, se encuentra arruinada. La casa de Aribau, que antes representaba bienestar, ahora simboliza decadencia y frustración. Este contraste entre la antigua posición social y la situación actual refleja cómo la guerra afectó a las clases sociales, mostrando que, a pesar de estar alineados con el régimen franquista, no todos se beneficiaron de él.
Religión
La religión en Nada aparece de manera superficial, principalmente a través de los gestos de Angustias, quien bendice a su familia y se santigua. Estos gestos no tienen un valor teológico profundo, sino que reflejan más bien la moralidad social y tradicional de la época. La religión, en este contexto, está vinculada a los valores de la posguerra, que reflejan el control social y la rigidez moral de la sociedad española en esos años.
Amor
El amor en Nada se presenta de forma compleja y conflictiva. Andrea tiene una actitud distante hacia el amor y las relaciones sentimentales, mostrándose indiferente al matrimonio o a encontrar un novio. Se relaciona con sus amigos bohemios en igualdad, y la sexualidad sin amor le repugna, como se ve en su cita frustrada con Gerardo. Tampoco cree en el amor romántico, rechazando la fantasía de la «cenicienta» por la que se había dejado seducir durante una fiesta de Pons, ya que no se siente identificada con ese papel. Los tópicos románticos también afectan a otros personajes: Ena y su madre caen en el mito de la novela rosa con Román, mientras que la relación de Angustias con su jefe recuerda a una novela del siglo XIX. La relación entre Gloria y Juan está marcada por la violencia y pasa rápidamente del amor al odio. En contraste, la relación de Ena y Jaime es la más sincera y admirada por Andrea, pero la sed de venganza de Ena y su atracción por Román amenazan esa relación. Así, el amor en la novela se presenta como una fuerza poderosa pero también conflictiva.
La Familia
En Nada, la familia de la calle Aribau está unida por los lazos de sangre y convivencia, pero marcada por relaciones complicadas. La abuela, siempre dispuesta a cuidar a los demás, se sacrifica incluso por su propia comida, pero a la vez tiene miedo de las reacciones de Juan y Román, como cuando vende los muebles para conseguir dinero o encubre a Gloria. Esta dinámica refleja cómo su amor maternal se convierte en una forma de complicidad. A pesar de estos gestos de cariño, hay resentimientos, como cuando las hijas casadas culpan a la abuela del suicidio de Román, señalando que su exceso de indulgencia hacia los varones contribuyó a la decadencia familiar. Mientras que los hombres muestran egoísmo, como Román, que no demuestra afecto por nadie, las mujeres se muestran más sensatas y controladas. La familia, por tanto, refleja un equilibrio entre amor, sacrificio, violencia y conflictos internos.