La Vocación: Un Llamado Interior a la Plenitud Humana
La palabra vocación significa ‘llamado’, pero no proviene del exterior, sino que es el llamado interior que siente toda persona a realizarse plenamente, a alcanzar la plenitud de su existencia: llegar a ser lo más humano posible, la mejor versión de sí mismo. No se trata de ser algo distinto, sino de llegar a ser plenamente lo que ya somos. La vocación puede ser:
- Universal: todos estamos llamados a ser felices siendo humanos.
- Particular/Personal: cada uno de una manera única y original.
La Vocación a la Felicidad y la Plenitud Humana
La vocación a la felicidad es la primera vocación de toda persona, el llamado básico del corazón. Todos buscamos ser felices. No debe confundirse con simple diversión o con ‘pasarla bien’, sino con algo más profundo. Solo nos hace felices lo que nos humaniza; lo que nos deshumaniza no puede dar felicidad.
¿Qué es la Vocación a ser Plenamente Humanos?
Es el llamado a ser plenamente personas, a desplegar todas nuestras potencialidades, a vivir a fondo lo que ya somos. No significa ser algo diferente, sino llegar a ser plenamente lo que somos.
La Insatisfacción Humana y el Dinamismo hacia lo Infinito
Relación entre la Permanente Insatisfacción Humana y la Apertura Ilimitada a Dios
El deseo de infinito y la eterna insatisfacción indican que también es posible una satisfacción plena. Sería absurdo que el ser humano buscara siempre trascender si no existiera un Futuro Absoluto y Plenificador más allá del cual nada quedara por desear.
Causas y Consecuencias de la Permanente Insatisfacción del Ser Humano
El corazón busca una felicidad infinita, que no se acabe. Nada ni nadie en esta tierra puede ser nuestro todo. El mundo finito no puede saciar nuestra sed de infinito. Frente a esta insatisfacción, las personas pueden reaccionar de diversas maneras:
- Algunos se deprimen.
- Otros se enojan.
- Otros evaden la realidad.
- Muchos inventan felicidades pasajeras.
- Algunos buscan un sentido profundo a la vida.
El Dinamismo Ilimitado de Apertura a Dios (según San Agustín)
El ser humano es un ser limitado con un dinamismo ilimitado. Todos entienden que tienen un ‘corazón inquieto’. La fe enseña que esa inquietud tiene como razón a Dios: es a Él a quien buscamos en deseos y anhelos. San Agustín lo expresó magistralmente:
«Nos has hecho para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti.»
Diferencia entre el ‘Dinamismo que Atrae’ y las Posturas Atea y Agnóstica
Aceptar que la inquietud apunta a Dios puede ser un dinamismo que atrae, pero también un vértigo que asusta. El ateo niega la existencia de Dios. El agnóstico no se plantea la pregunta porque se siente cómodo en la finitud, expresando a menudo: «vivo perfectamente en la finitud y no necesito nada más». Quien se cierra a lo trascendente se estafa a sí mismo, porque ninguna realidad pasajera puede saciar la sed de infinito.
¿De qué Manera es Experimentado Dios por el Ser Humano? ¿Siempre Refiere a una Experiencia Religiosa?
Dios es experimentado por el ser humano, consciente o inconscientemente, como necesidad y vocación. Toda vida humana tiene una orientación hacia Él. No siempre se vive como experiencia religiosa en ritos, pero esta orientación puede abrirnos al encuentro con Dios y religarnos con Él.
Dimensiones de la Persona y Cultivo de la Espiritualidad
La Dimensión Relacional: Nuestras Conexiones Fundamentales
Los seres humanos somos definidos por nuestras relaciones:
- Con Dios: como Padre/Madre e Hijo, fundamento y fin de todo.
- Con los demás: todos con la misma dignidad, hermanos.
- Con el mundo: no dueños, sino cuidadores de la Casa Común.
La Necesidad de Recuperar un ‘Equilibrio Ecológico’ según el Papa Francisco
El Papa Francisco enseña que la educación ambiental debe recuperar los distintos niveles del equilibrio ecológico:
- El interno, con uno mismo.
- El solidario, con los demás.
- El natural, con los seres vivos.
- El espiritual, con Dios.
La Dimensión Personal Interior: Sus Niveles y Relaciones
La persona tiene tres niveles interconectados:
- Físico: sensaciones y necesidades.
- Afectivo: sentimientos.
- Espiritual: conciencia, libertad, amor.
Los tres son inseparables y se influyen mutuamente. El nivel espiritual debe guiar a los otros dos, no reprimiéndolos, sino conduciéndolos hacia la plenitud.
La Vocación a Cultivar Nuestra Espiritualidad: Unidad Exterior e Interior
La espiritualidad es la capacidad de trascendencia, de ir más allá del yo superficial. Se manifiesta en dos direcciones:
- Hacia fuera: hacia Dios, los otros y el mundo, sintiéndonos uno con el entorno (unidad exterior).
- Hacia dentro: hacia nuestro yo profundo, unificando los niveles físico, afectivo y espiritual (unidad interior).