El Proceso Fundamental de la Memoria
La memoria es un proceso mental y una capacidad que nos permite almacenar, retener y recuperar información sobre acontecimientos pasados. Esa información es muy variada: sujetos, objetos, sentimientos, emociones, etc. Pero la memoria no es un simple almacén de información, sino que en ella también intervienen procesos que construyen y reconstruyen parte de esa información. Además, los sistemas de la memoria están relacionados con la totalidad de los procesos del pensamiento.
Nuestros recuerdos sufren con frecuencia alteraciones, distorsiones y transformaciones mediante diferentes procesos: selección, interpretación, integración, etc. Esta maleabilidad de la memoria, que puede llegar a hacernos recordar acontecimientos que jamás ocurrieron, puede tener consecuencias dramáticas si las supuestas distorsiones aparecen incluidas en testimonios de juicios criminales, pudiendo llevar a acusar a una persona inocente de un delito que no ha cometido.
Las Tres Operaciones Clave de la Memoria
El proceso de la memoria consta de tres operaciones fundamentales:
1. Codificación
La codificación consiste en transformar la información sensorial en elementos reconocibles y manipulables por la memoria mediante códigos verbales (palabras, números, letras) y códigos visuales (imágenes y figuras). Esta codificación no es neutra, sino que de toda la información sensorial que llega, se selecciona la que interesa y se interpreta de acuerdo a vivencias e ideas anteriores.
Atención y Concentración: Pilares de la Codificación
En esta operación influyen de manera decisiva la atención y la concentración.
- La atención es la capacidad para centrarse de manera persistente en un estímulo o actividad concretos. Existen dos tipos de atención:
- Atención involuntaria o espontánea: Aquella en la que no ponemos intención, es inconsciente y se dirige hacia los gustos personales, la vocación, la atracción o estímulos llamativos como un sonido fuerte, una voz conocida o una luz.
- Atención voluntaria: Aquella que requiere una elección por nuestra parte y, por tanto, un esfuerzo para evitar la atracción que ejercen otros estímulos, requiriendo esfuerzo y voluntad.
- La concentración es el mantenimiento prolongado de la atención.
Obstáculos y Alteraciones de la Atención
Algunos obstáculos para la atención y la concentración son:
- Distracciones externas: conversaciones, radio, televisión, ruidos, etc.
- Distracciones internas: preocupaciones, indecisión, problemas personales, falta de interés, etc.
- Distracciones fisiológicas: fatiga física, dieta inadecuada, falta de sueño, enfermedades, etc.
Existen diferentes trastornos o patologías en las que la atención se ve afectada, como la esquizofrenia o las lesiones cerebrales debidas a traumatismos craneales o ictus. Las alteraciones de la atención más comunes son:
- Alteraciones en la atención sostenida: Pueden provocar fatiga o disminución del rendimiento en la tarea.
- Alteraciones en la atención selectiva: Provocarían distractibilidad, es decir, la dificultad para atender selectivamente a los estímulos relevantes de una situación e ignorar los irrelevantes.
- Alteraciones en la atención alternante: Provocarían una perseverancia en las respuestas y conductas, haciéndolas difíciles de modificar y flexibilizar.
- Alteraciones en la atención dividida: Provocarían dificultad en realizar diferentes tareas de manera simultánea, aunque sean sencillas, como llevar una conversación y meter algo en un cajón.
2. Almacenamiento
El almacenamiento consiste en retener la información con el fin de conservarla y recuperarla cuando sea necesario. Según dónde se guarden los datos, permanecerán más o menos tiempo en la memoria, desde unos segundos hasta toda la vida.
3. Recuperación
La recuperación es el proceso de localizar y reactualizar la información almacenada. Esto es lo que llamamos recordar, es decir, evocar y reconocer la información adquirida y almacenada en la memoria. La recuperación significa traer a la conciencia la información. El problema suele consistir en encontrar el camino adecuado para llegar hasta ella; si la información ha quedado bien organizada y guardada en el lugar correcto, nos será más fácil encontrarla.
Si alguna de estas operaciones se realiza de forma incorrecta, será más difícil recordar la información. En ellas intervienen factores como la alimentación, el descanso, la relajación, la respiración y la tranquilidad.
Tipos de Memoria
Podemos hablar de distintos tipos de memoria. Según las investigaciones realizadas sobre lesiones cerebrales, podemos deducir que la memoria funciona con distintos mecanismos, niveles, modalidades o almacenes.
1. La Memoria Sensorial (MS)
En la memoria sensorial se registran datos con todo detalle durante unos breves instantes (1 o 2 segundos) de una forma bruta y no significativa, es decir, pueden no tener ningún sentido para nosotros. Se trata de recuerdos muy precisos, casi idénticos a los estímulos que los han provocado. Incluye diversos tipos de recuerdos procedentes de los distintos órganos sensoriales, por lo que podemos hablar de una memoria visual, auditiva, olfativa, táctil o del gusto. La memoria sensorial es, en general, muy fugaz: a menos que se transmita al siguiente “almacén”, la información desaparece rápidamente y es reemplazada por otra nueva. Sin embargo, es una memoria extraordinariamente precisa que registra una réplica casi exacta del original, como si fuera una cámara fotográfica. La memoria olfativa mantiene mucho más tiempo la información, además de aparecer asociada al contexto sensorial y emocional que rodea la información.
2. La Memoria a Corto Plazo (MCP)
La memoria a corto plazo (MCP), denominada también memoria de trabajo, selecciona y almacena información durante un periodo de 15 a 30 segundos, o quizás durante unos pocos minutos, y en una forma más significativa. Los datos están ya codificados por mecanismos que permiten reconocer su significado, aunque es una memoria menos precisa que la sensorial, puesto que elimina detalles considerados innecesarios. Su limitada capacidad exige que las nuevas informaciones vayan desplazando a las antiguas, seleccionando las que irán a la memoria a largo plazo (MLP) o permitiendo que se pierdan aquellas informaciones consideradas poco necesarias o irrelevantes. Además, esta memoria activa las operaciones necesarias para conservar la información (repeticiones, codificación, organización, etc.) y soluciona problemas recuperando la información almacenada en la MLP. Permite almacenar una cantidad reducida de información, hasta 7 ítems o paquetes significativos. Estos paquetes son fragmentos de información con significado (letras, números, imágenes, palabras, frases, etc.), y dependiendo de la capacidad de la persona y de la manera de codificar y agrupar la información, pueden incluir más o menos datos. La MCP es un almacén con bastante consistencia, pues a diferencia de la MLP, no suele resultar dañada o afectada por la edad o las lesiones cerebrales.
3. La Memoria a Largo Plazo (MLP)
En la memoria a largo plazo (MLP), la información queda registrada de forma permanente; no se borra nunca, aunque a veces resulta difícil de recuperar. Su capacidad es aparentemente ilimitada, y el problema principal es la buena recuperación de los datos almacenados, que va a depender de la forma de organización de los datos, su integración en el conjunto, el estado de ánimo, etc. En la MLP se registran datos de la propia existencia (memoria episódica), conocimientos, palabras e ideas (memoria semántica) y conocimientos básicos sobre procedimientos y operaciones (memoria funcional). El paso desde la MCP a la MLP se realiza mediante la repetición y la organización del material. Esta organización se realiza mediante la asociación con otras informaciones, es decir, conectando las nuevas informaciones a otras que ya poseemos, quedando integrada en el conjunto (memoria significativa).
