Evolución Histórica de la Psicología Social: Perspectivas y Desafíos


Este documento explora la evolución de la Psicología Social, una disciplina fundamental en la comprensión de las complejas relaciones entre el individuo y la sociedad, basándose en las perspectivas psicológicas y sociológicas. A lo largo de las décadas, esta área de estudio ha transitado por diversas corrientes teóricas y metodológicas, reflejando los cambios en la filosofía de la ciencia y en el propio contexto social.

Segunda Mitad del Siglo XIX: Orígenes de la Psicología Social

En la segunda mitad del siglo XIX, la reflexión sobre las relaciones entre individuo y sociedad adquirió pretensiones de cientificidad. El análisis de ideas derivadas del positivismo inspiró el desarrollo inicial de las ciencias sociales, y surgieron las primeras aproximaciones a la Psicología Social en un momento en que tanto la psicología como la sociología buscaban su independencia de la filosofía.

En ese entonces, los límites entre las ciencias sociales no estaban tan claramente definidos. La reflexión teórica se encontraba más condicionada por el contexto social y cultural en el que surgían las ideas que por el ámbito disciplinario del que procedían.

Primeras Décadas del Siglo XX: Expansión y Diferenciación

Las ciencias sociales se expandieron, afectando la evolución de la Psicología Social tanto en el contexto de la psicología como en el de la sociología. Se publicaron los dos primeros manuales de psicología social: uno de ellos, el del psicólogo William McDougall, que coincidió con la Psicología de los Pueblos de Wundt, la Psicología de la Gestalt (Wertheimer, Koffka y Köhler) y el Conductismo (Watson y Allport). Estas corrientes sentaron las bases de la Psicología Social psicológica.

La Psicología Social sociológica, por su parte, se basó en autores como Weber, Simmel, Cooley y la Escuela de Chicago (Mead), a través de la corriente del Interaccionismo Simbólico.

Décadas de 1930-1940: Consolidación de Dos Psicologías Sociales

Durante estas décadas, se acentuó la tendencia a la división de la Psicología Social y la constitución de dos psicologías sociales diferenciadas. En psicología, hubo hegemonía del Neoconductismo, con autores como Hull (teoría de la frustración-agresión) y Dollard y Miller (aprendizaje por imitación). Sin embargo, la Psicología Social se sintió más identificada con la Gestalt (Lewin, Bartlett y Vygotski).

En sociología, se observó un declive del Interaccionismo Simbólico por el auge del Funcionalismo Estructural (Parsons). Cabe destacar también la influencia de la Escuela de Frankfurt (Adorno, con su concepto de personalidad autoritaria).

1950-1960: Cambios Epistemológicos y Nuevas Teorías

En la filosofía de la ciencia, se produjo la sustitución del Neopositivismo por el Falsacionismo (Popper). Hubo un paulatino declive de los grandes relatos teóricos de las ciencias sociales (el conductismo en psicología y el funcionalismo estructural en sociología), dando lugar al predominio de teorías como la Disonancia Cognitiva de Festinger en la Psicología Social psicológica, y del Interaccionismo Simbólico (Blumer y Kuhn) en la Psicología Social sociológica.

Desde la sociología, se desarrollaron enfoques afines al Interaccionismo Simbólico, como la Perspectiva Dramatúrgica de Goffman, la Sociología Fenomenológica de Schutz y la Etnometodología de Garfinkel.

1970-Situación Actual: Pluralidad de Enfoques y Críticas

La situación actual se caracteriza por una pluralidad de enfoques, consecuencia de los cambios tanto en la filosofía como en la sociología de la ciencia. Surgieron críticas a los esquemas epistemológicos y metodológicos tradicionales, provenientes de corrientes como el Construccionismo Social (Gergen), la Perspectiva Etogénica (Harré), el Enfoque Retórico (Billig) y el Análisis del Discurso (Potter, Wetherell).

Surgió la Cognición Social, e irrumpieron una serie de enfoques teóricos desde el contexto europeo, como las Relaciones Intergrupales (Tajfel), las Representaciones Sociales y la Influencia Minoritaria (Moscovici).

Desde el contexto latinoamericano, la Psicología Social se preocupó por la transformación social, dando lugar a la Psicología Social de la Liberación (Martín Baró) y la Psicología Comunitaria.

Desde la sociología, se observó un nuevo desarrollo del Interaccionismo Simbólico (Stryker), la Teoría de la Estructuración (Giddens), la Teoría de la Figuración (Elías) y el Constructivismo Estructuralista (Bourdieu).

La Interrelación Fundamental entre Psicología y Sociología

La psicología, con su pretensión inicial de estudio científico de la mente, tuvo que asumir que la mente humana no surge ni se desarrolla en un vacío social, sino que es producto de la inserción de una persona en una colectividad. Por su parte, la sociología, con su pretensión inicial de estudio científico de la sociedad, no pudo ignorar en su análisis la existencia de factores psicológicos o individuales que influyen en el comportamiento social.

De esta interrelación surge la Psicología Social, un espacio que, al mismo tiempo, se diferencia como un área especializada dentro de ambas disciplinas. Aunque históricamente se haya inclinado hacia una u otra, no puede desconocerse que el individuo se desarrolla dentro de una comunidad, y que esta comunidad es posible gracias a los individuos.

La Psicología Social se define como una perspectiva, una «forma de comprender los procesos sociales que son encarnados por personas, procesos que son producto de la acción e interacción de los individuos, pero cuyos fines tienen consecuencias que van más allá de dichas acciones y de los mismos individuos que las producen».

El estudio de los vínculos entre individuo y sociedad precisa de una Psicología Social que prescinda tanto del individualismo metodológico (con su pretensión de explicar la sociedad como una consecuencia de las acciones individuales) como del holismo (con su idea de que es posible estudiar la sociedad al margen de las acciones de los individuos). En este sentido, la Psicología Social no se define tanto por su objeto de estudio, sino por el enfoque desde el que dicho objeto es abordado.

La Psicología Social (PS) actual dominante presenta un sesgo psicologista, por lo que es fundamental reivindicar el aporte de la sociología en su conformación. Psicología y sociología deben complementarse para abordar el estudio de fenómenos como las relaciones interpersonales e intergrupales, las actitudes, el comportamiento colectivo, la conducta desviada, el autoconcepto o las emociones.

Conviene destacar que las teorías son un reflejo de las circunstancias y problemas sociales a los que trataron de dar respuesta, en un contexto histórico que las excede. Por ello, no pueden ser adoptadas de forma acrítica, con pretensión universal.

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