1. Definiciones Clave en Ética y Moralidad
- Ética: Disciplina filosófica que se encarga del estudio de la moral. Deriva de la palabra griega ethos, que significa ‘carácter’, ‘manera de hacer’ o ‘costumbre’.
- Moral: Conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social que determinará la forma de actuar. Deriva del latín mos o moris, que significa ‘costumbre’ o ‘norma’.
- Axiología: Disciplina filosófica encargada del estudio de los valores; fue creada por Lotze.
- Valores Éticos: Tipo de valor que depende de la libertad de la persona (cada persona escoge sus valores, sin imposición).
- Neutralidad: Aquella postura que, ante un conjunto de opciones existentes respecto de un objeto determinado, no apoya una (o unas) de ellas por encima de las demás.
- Beligerancia: Aquella postura que, ante un conjunto de opciones existentes respecto de un objeto determinado, apoya una (o unas) de ellas por encima de las demás.
- Deontología: Ciencia que se encarga del estudio de la ética en las diferentes actividades profesionales.
2. Tipos de Valores y Conflictos
Para identificar conflictos de valores y razonar sobre ellos, es fundamental comprender las diferentes categorías de valores:
Clasificación de Valores
- Valores A (Valores Compartidos): Aquellos valores que socialmente son considerados como deseables y gozan de una aceptación generalizada.
- Valores B (Valores No Compartidos y Contradictorios): También conocidos como contravalores, son aquellos que no solo no gozarían de una aceptación generalizada, sino que además serían ampliamente percibidos en el contexto social como antagónicos a los valores compartidos.
- Valores C (Valores No Compartidos pero Aceptados): No son compartidos por la mayoría, pero tampoco son antagónicos a los valores compartidos, y su legitimidad es ampliamente aceptada.
Valores Compartidos: Tres Referencias Posibles
- Conceptos generales como justicia, libertad, verdad, felicidad, belleza, etc.
- Grandes declaraciones de principios o de derechos sobre los que parece existir un acuerdo generalizado (ej. Declaración Universal de los Derechos Humanos).
- En una sociedad democrática, aquellos valores democráticos; ej. tolerancia, respeto al pluralismo, participación responsable, etc.
Valores No Compartidos: Dos Tipos
- Los que entran en contradicción con los valores compartidos; valores no consensuados pero consensuadamente rechazados. Ej. Racismo.
- No compartidos, pero se acepta de forma amplia la legitimidad; no son antagónicos con los compartidos. Ej. Castidad o celibato.
Conflicto de Valores
- Intra: Conflicto interno, dentro de la propia persona.
- Inter: Conflicto externo, con otros individuos o grupos.
3. Paradigmas del Desarrollo Moral
Socialización (Émile Durkheim)
Según Durkheim, la sociedad es tanto el origen como el fin de la moralidad. Las normas morales son expresión de un ideal colectivo. La educación se concibe como socialización: «la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que no están todavía maduras para la vida social; tiene como objeto suscitar y desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que requieren en él tanto la sociedad política en su conjunto como el ambiente particular al que está destinado de manera específica».
Esta socialización violenta la naturaleza humana individual. Los intereses del todo no son necesariamente los intereses de la parte. La formación moral nunca se dará de manera espontánea, sino que se hace necesaria la intervención directa de los educadores para fomentar la interiorización de las reglas sociomorales necesarias para vivir en sociedad.
Para Durkheim, la moralidad descansa sobre tres pilares, que son objetivos de la acción educativa:
- Espíritu de disciplina: Es el primer elemento de la educación moral porque es el que hace posible la regularidad en las acciones morales y el respeto a la autoridad. Las normas morales extraen su autoridad de su carácter social.
- Adhesión al grupo social: Desde el más cercano (la familia) hasta la sociedad política, como realización progresiva de un ideal de humanidad. «Para que el hombre sea un ser moral es necesario que se interese por algo distinto de sí mismo». Existen diferentes grados de moralidad.
- Autonomía de la voluntad: La razón del hombre no se da a sí misma la norma, sino que esta viene impuesta por la sociedad. Autonomía significa el conocimiento científico de esas normas, en el sentido de comprender y conocer por qué nos obligan de hecho, por qué son necesarias.
Desde este planteamiento, la moral es una obra colectiva que recibimos, pero que no contribuimos a elaborar. Esto limita la dimensión personal y creadora. Plantea una formación moral desde la socialización muy interesante, pero deja abiertos muchos interrogantes a la hora de plantear una verdadera autonomía del sujeto y de su contribución en el desarrollo y clarificación de esos contenidos. Otro problema es cómo formar a los ciudadanos en un contexto de multiculturalidad.
Clarificación de Valores
Este enfoque se desarrolló en EE. UU. en los años sesenta y setenta, con figuras como Raths, Kirschenbaum o Howe. Parte de la psicología de Maslow y Rogers, en la que el educador es un facilitador: no tiene que infundir valores, sino ayudar a cada cual a que clarifique los suyos. Se define como «una acción consciente y sistemática del profesor u orientador, que estimula el proceso de valoración en los alumnos para que lleguen a darse cuenta de cuáles son sus valores y se sientan responsables y comprometidos con ellos».
Pretende, con una acción sistemática y planificada, ayudar al sujeto que se educa a darse cuenta de lo que quiere y a actuar con sus propias decisiones. Según Raths, algo no llega a ser un valor para alguien hasta que ese valor no sea asumido por uno mismo y se convierta así en un compromiso de acción.
Este modelo promueve en el educando el proceso de valoración, para que aprenda a tomar decisiones libres, teniendo en cuenta diferentes alternativas y consecuencias. Para Raths, el proceso de valoración, para que llegue a ser realmente asumido, implica siete exigencias que combinan pensamiento, afectividad y acción:
- Elegir libremente.
- Elegir teniendo varias alternativas.
- Elegir después de considerar las consecuencias.
- Estimar o apreciar la elección.
- Estimar la elección y desear afirmarla públicamente.
- Actuar según la elección.
- Aplicarla repetidamente como un criterio o patrón de nuestra vida.
La respuesta clarificativa es un modo de responder a lo que el educando dice o hace. La «hoja de valores» consiste en proponer un tema o situación (a partir de una representación, una película, etc.) que incite a pensar y una serie de preguntas específicas. Cada cual realiza su hoja de valores.
Su principal crítica es su relativismo moral: lo que sea mejor depende de cada cual. No hay contenido valorativo objetivo que se considere mejor. Puede conducir a un escepticismo, ya que pretende el replanteamiento y la problematización continua de nuestros puntos de vista. Induce a pensar que no existe ningún punto seguro y puede dificultar la acción. Se critica que no tiene en cuenta que a la elección libre se llega tras un proceso previo de influencia. A la autonomía moral se llega tras un proceso previo de heteronomía.
Desarrollo del Juicio Moral (Lawrence Kohlberg)
Kohlberg parte de la psicología de Piaget, la pedagogía de Dewey y la ética de Kant.
Aportes de Dewey
Dewey propuso tres niveles de desarrollo moral:
- Premoral: Una conducta guiada por impulsos sociales y biológicos.
- Convencional: La conducta está determinada por modelos establecidos en el grupo al que pertenece.
- Autónomo: La persona actúa de acuerdo con su pensamiento y establece juicios en relación con los modelos establecidos.
Aportes de Piaget
Piaget también identificó tres niveles de desarrollo moral:
- Premoral: No existe sentido de obligación respecto a las reglas.
- Heteronomía: Obediencia a la norma y una relación de obligación respecto a la autoridad.
- Autonomía: Se tiene en cuenta el papel y las consecuencias de las normas y leyes, pero las obligaciones se basan en relaciones de reciprocidad.
Teoría de Kohlberg: Seis Estadios en Tres Niveles
Kohlberg desarrolló un modelo con seis estadios divididos en tres niveles:
Nivel Preconvencional
Los juicios morales de las personas se caracterizan por una perspectiva concreta e individual.
- Estadio 1: Orientación heterónoma. Se centra en evitar romper las reglas para evitar el castigo y las consecuencias físicas de una acción hacia las personas y propiedades. Es un estadio caracterizado por el egoísmo.
- Estadio 2: Existe una primera emergencia de la reciprocidad moral; se trata de una etapa instrumental y pragmática.
Nivel Convencional
Se tiene un entendimiento básico de la moral convencional y de que las normas y convenciones sociales son necesarias para mantener el orden social.
- Estadio 3: Se es capaz de compartir sentimientos, acuerdos y expectativas que están por encima de los intereses personales. Se define lo que está bien en términos de lo que se espera de los demás (cercanos) y de los roles estereotipados que definen «ser bueno».
- Estadio 4: Marca el punto desde donde se define lo que es correcto en términos de las normas locales y de las expectativas del rol, para definir lo que es correcto en términos de la ley y las normas establecidas por un gran sistema social.
Nivel Postconvencional
Se caracteriza por el razonamiento basado en principios, utilizando la perspectiva «anterior a la sociedad». Estas razones individuales se basan en principios que subrayan reglas y normas, pero que rechazan la aplicación uniforme de una ley o norma.
- Estadio 5: Se adopta una perspectiva anterior al contrato social, en el sentido de un contrato social asentado sobre las bases de asegurar el mayor bien para la mayoría de las personas.
- Estadio 6: Representa la moralidad de los principios éticos generales, universales, reversibles y prescriptivos (principios generales de justicia, igualdad, derechos humanos, etc.).
La discusión de dilemas o conflictos morales se basa en la idea de que, cuando se pone a los sujetos en contacto con formas de razonamiento moral ligeramente superiores a las propias, se fomenta el paso de un estadio inferior a uno superior. Estas discusiones deben centrarse en torno a dilemas reales que impliquen la decisión de quien se educa. Este modelo ha sido objeto de críticas, lo que obligó a introducir revisiones y modificaciones:
- Se ha criticado por centrarse en el desarrollo del razonamiento moral y descuidar la acción moral. No hay una relación necesaria entre el razonamiento y la conducta.
- En relación con su característica formalista y deontológica, los partidarios del modelo de la educación moral como formación del carácter le critican que su forma de entender la educación moral conduce a un relativismo ético. El problema es que una teoría moral que carece de capacidad para distinguir entre un comportamiento bueno y uno malo es de escasa utilidad.
- Algunas críticas se han centrado en la pretensión de que los estadios de razonamiento moral son universales, es decir, aplicables a todos los seres humanos de todas las culturas. Se cuestiona la posibilidad de encontrar un criterio moral racional que sea universal, y no solo histórico o cultural. Hoy la ética se debate entre quienes piensan que ese criterio es posible y quienes lo niegan.
Formación de Hábitos y del Carácter
Diversos enfoques se asientan en la filosofía aristotélica. Ha adquirido relevancia el movimiento de educación moral como formación del carácter, que surgió en EE. UU. como respuesta a la clarificación de valores y al modelo cognitivo-evolutivo de Kohlberg. Parten del presupuesto de que la moralidad no reside únicamente en el aspecto cognitivo. Para considerar una acción moral, se debe tener en cuenta el conocimiento del bien y su plasmación en conductas concretas. La educación moral deberá estar enfocada al conocimiento del contenido moral, de modo que la persona vaya fraguando su carácter.
Se trata de fomentar en la persona la adquisición de unos rasgos o disposiciones morales para que sepa decidir y actuar de acuerdo con unos determinados valores. La actuación del educador es esencial para lograr la implicación del educando y la puesta en práctica de acciones conformes a disposiciones morales.
La noción de rasgos o disposiciones de carácter es lo que los clásicos llamaban virtudes. Según Aristóteles, la virtud es una «disposición a actuar de manera deliberada, consistente en una medianía relativa a nosotros, determinada por la razón y del modo en que la determinaría el hombre prudente». En el concepto de virtud se combinan disposición y razón. La virtud es una disposición, un hábito o una tendencia adquirida a obrar de una determinada manera.
La virtud se mueve en un punto medio entre dos extremos, y este punto lo determina la razón práctica o prudencia.
Según Aristóteles, la educación moral debe comenzar por la generación del hábito. Es preciso que el carácter sea de antemano apropiado de alguna manera para la virtud. Aquí se pone el acento en la conducta moral, no en el razonamiento moral. Los procedimientos incluyen:
- El impulso de conductas prosociales, que el alumno se comprometa en actividades de cooperación social.
- Uso de incentivos para premiar y promover conductas.
- El ejemplo moral, narraciones que exalten las virtudes, uso de figuras de héroes. Importancia del educador como modelo moral y la necesidad de recuperar su sentido de autoridad.
Kohlberg criticaba al modelo de la formación del carácter por sus posibilidades de adoctrinamiento al proponer un contenido concreto de moralidad, basado en «un saco de virtudes». Ante la pregunta de por qué unas virtudes y no otras, existen dos respuestas: quienes consideran que las virtudes tienen un origen natural y encarnan el bien o fin natural del ser humano; y quienes subrayan el carácter histórico y social de las virtudes, acercándose al modelo de socialización.