La Guerra Civil Española y la Configuración del Régimen Franquista (1936-1951)
Violencia y Represión: Consecuencias de la Guerra Civil (1936-1939)
La Guerra Civil Española (1936-1939) fue el episodio más trágico del siglo XX en España, con un enorme coste humano, social, económico, cultural y político. Se estima que murieron alrededor de 500.000 personas, muchas de ellas por desnutrición, enfermedad y condiciones extremas. Unas 150.000 muertes fueron asesinatos en retaguardia. Ambos bandos practicaron la represión, aunque de manera diferente.
La Represión en la Zona Republicana
En la zona republicana, la represión fue más intensa durante los primeros meses del conflicto y estuvo descontrolada, sin capacidad del gobierno para detenerla. Fue ejecutada por comités, milicias y tribunales populares, y se dirigió contra sublevados, derechistas y religiosos. Destacaron los “paseos”, “sacas” de presos y la quema de iglesias. Se calcula que hubo unas 50.000 víctimas, entre ellas más de 6.000 religiosos.
La Represión en la Zona Franquista
En la zona franquista, la represión fue sistemática, organizada y utilizada como herramienta de guerra desde el principio. Se ejecutó a militares leales a la República, autoridades políticas, sindicalistas, intelectuales y simpatizantes del Frente Popular. En zonas recién ocupadas se produjeron auténticas masacres, como en Badajoz o Málaga. A partir de 1937, se sustituyeron los asesinatos extrajudiciales por consejos de guerra sumarísimos. Se calcula que hubo unas 100.000 víctimas.
Consecuencias Post-Guerra: Represión Franquista y Exilio
Tras la guerra, la represión franquista se intensificó. Más de 250.000 personas fueron encarceladas o enviadas a campos de trabajo. Se mantuvieron las ejecuciones (unas 50.000 más), se depuró la administración pública expulsando a los funcionarios no afectos al régimen, y se aplicó una represión económica mediante multas y confiscaciones. En lo demográfico, la guerra causó un fuerte descenso de la natalidad y el exilio de unas 450.000 personas.
Muchos huyeron a Francia (donde fueron internados en campos de concentración), a América Latina (especialmente México) o a la URSS. El exilio supuso una gran pérdida de población joven y preparada, incluyendo científicos, intelectuales y artistas.
Impacto Demográfico, Económico, Social y Cultural de la Guerra Civil
Consecuencias Demográficas
- Pérdida de aproximadamente 500.000 vidas durante el conflicto.
- Descenso significativo de la natalidad.
- Exilio de unas 450.000 personas, incluyendo una importante fuga de cerebros.
Consecuencias Económicas
Las consecuencias económicas fueron devastadoras. La guerra destruyó infraestructuras, paralizó la industria y devolvió al país a una economía agraria. Se perdieron las reservas de oro del Banco de España, usadas para financiar la ayuda soviética, y la producción cayó drásticamente. Durante los años 40, la población sufrió hambre, racionamiento y miseria, agravados por la autarquía y el aislamiento internacional. La recuperación no llegaría hasta décadas después.
Consecuencias Sociales
En el plano social, la victoria franquista supuso el restablecimiento del poder de las élites tradicionales (terratenientes, financieros e industriales) y la pérdida de los derechos laborales y civiles conquistados en la República. No hubo reconciliación: los vencedores impusieron un régimen excluyente y represivo. El resentimiento y el dolor marcaron a varias generaciones.
Consecuencias Culturales
Las consecuencias culturales fueron también enormes. Se destruyó parte del patrimonio por los bombardeos y la violencia anticlerical. Se interrumpió el proyecto cultural y educativo de la República, y muchos intelectuales fueron ejecutados o exiliados (como Lorca, Buñuel, Alberti, Machado…). Más del 60% del profesorado fue purgado. La censura y el control ideológico del franquismo provocaron un fuerte retroceso cultural.
Consecuencias Políticas
Políticamente, la guerra supuso el fin de la Segunda República y el inicio de una dictadura de casi cuarenta años, marcada por la represión, la ausencia de libertades y la negación de los derechos fundamentales.
El Régimen Franquista Durante los Años Cuarenta (1939-1951)
Establecimiento y Características del Régimen Franquista
Tras la victoria en la Guerra Civil, Franco instauró una dictadura autoritaria legitimada únicamente por la victoria militar. Se inspiró en los regímenes fascistas de Italia y Alemania, suprimiendo la Constitución de 1931, el Parlamento y todos los partidos y sindicatos, salvo los oficiales. Se eliminó cualquier garantía individual o colectiva.
Poder y Centralización
Franco concentró todo el poder político y militar: fue jefe del Estado, presidente del Gobierno, Generalísimo del Ejército y líder del partido único. El régimen se caracterizó también por un fuerte centralismo, eliminando los estatutos de autonomía y promoviendo la españolización en regiones con nacionalismos como el catalán o el vasco. La represión fue constante: se persiguió a los vencidos desde el primer momento, y la censura controlaba estrictamente todos los medios de comunicación.
Pilares del Régimen
El régimen se sustentó en tres pilares fundamentales:
- El Ejército: Ocupó numerosos cargos de poder, especialmente en ministerios y gobiernos civiles.
- La Iglesia Católica: Legitimó el régimen, que se definía como católico, y a cambio obtuvo financiación, control del sistema educativo y gran influencia social.
- El Partido Único: La Falange Española Tradicionalista y de las JONS fue el partido oficial, encargado de la propaganda, el adoctrinamiento y el control social mediante organizaciones como el Frente de Juventudes, la Sección Femenina o la Central Nacional Sindicalista.
Familias del Franquismo
Dentro del franquismo coexistieron varias “familias”: falangistas, carlistas, monárquicos, militares y católicos, además de grupos como el Opus Dei.
Organización Política y Represión Institucionalizada
Franco también contó con apoyos sociales: grandes propietarios, clases medias rurales y sectores de la pequeña burguesía, mientras que la represión, el miedo y la propaganda desmovilizaron al resto de la población.
Apoyos Sociales y «Democracia Orgánica»
El nuevo Estado se organizó como una “democracia orgánica”, que rechazaba el parlamentarismo liberal.
Leyes Fundamentales del Régimen
Se promulgaron las Leyes Fundamentales, que regulaban el funcionamiento del régimen:
- El Fuero del Trabajo (1938)
- La Ley Constitutiva de las Cortes (1942)
- El Fuero de los Españoles (1945)
- La Ley de Referéndum (1945)
- La Ley de Sucesión (1947)
- Entre otras.
El Aparato Represivo
El aparato represivo fue brutal. Se mantuvo el estado de guerra hasta 1948, continuaron los campos de concentración, las penas de muerte y los consejos de guerra sin garantías. Se aprobaron leyes represivas como la de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940) o la del Bandolerismo y Terrorismo (1947). La Brigada Político-Social usó la tortura como método habitual.
Política Exterior y Aislamiento Internacional
Alineamiento y Neutralidad
En política exterior, España se alineó al principio con las potencias fascistas, firmando un acuerdo con el Eje y enviando la División Azul a combatir contra la URSS. Tras las primeras derrotas nazis, Franco giró hacia la neutralidad y suavizó la imagen fascista del régimen.
Aislamiento y Supervivencia Económica
Finalizada la guerra, el aislamiento internacional fue total: se prohibió la entrada en la ONU y se retiraron embajadores. El bloqueo económico agravó la miseria, aunque se sobrevivió gracias a acuerdos con Argentina y al petróleo de EE. UU.
Reintegración Internacional
Con el inicio de la Guerra Fría, EE. UU. empezó a ver a España como un aliado frente al comunismo. El régimen adaptó su imagen: se alejó del fascismo, potenció el nacionalcatolicismo y buscó su integración en el bloque occidental. A finales de la década, el franquismo comenzaba a salir del aislamiento internacional.