La Familia de Pascual Duarte: Claves de una Novela Fundamental de la Posguerra Española


La Familia de Pascual Duarte: Un Hito Literario de la Posguerra

Publicada en 1942, La familia de Pascual Duarte marca el debut literario de Camilo José Cela y se erige como la primera gran novela surgida tras la Guerra Civil española. En un contexto de marcada escasez económica y literaria, propio de la dura posguerra, resulta notable cómo esta obra logró sortear la censura del régimen franquista. Su trascendencia universal se evidencia en el hecho de que, después de El Quijote, es la novela española más traducida a otras lenguas.

Contexto Literario de la Posguerra

Los primeros años de la posguerra española vieron la coexistencia de diversas tendencias narrativas conservadoras, englobadas bajo la etiqueta de la novela arraigada:

  • La novela triunfalista (García Serrano).
  • La novela costumbrista y realista (Gironella).
  • La novela de humor (Fernández Flórez).

La Resurrección del Género Narrativo

Tres obras señalan la revitalización de la novela en este periodo:

  • 1942: La familia de Pascual Duarte, de Cela, inaugurando la tendencia del tremendismo.
  • 1944: Nada, de Carmen Laforet.
  • 1947: La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes.

Estas novelas, representativas de la novela existencialista o desarraigada, reflejan con crudeza la vida cotidiana desde una perspectiva personal. El tremendismo, inaugurado por Cela, presenta la faceta más sombría de la realidad con una indiferencia casi cruel. Posteriormente, Cela exploraría el realismo social con La Colmena (1951) y la experimentación con San Camilo, 1936 (1969).

Legado y Estilo de la Obra

La familia de Pascual Duarte es un homenaje a la narrativa española, evocando la tradición de El Lazarillo de Tormes. Al igual que Lázaro, Pascual Duarte narra su propia historia en primera persona para exponer la degradación de su existencia.

Innovaciones Narrativas

Cela emplea un ingenioso juego de narradores, heredado de El Quijote, que sirve de marco a la confesión del protagonista. Esta confesión genera diversas reacciones en los lectores, desde la indulgencia hasta el escepticismo, conectando con el perspectivismo de Ortega y Gasset.

El lirismo, potenciado por el expresionismo y la influencia del esperpento de Valle-Inclán, se combina con la sordidez de la trama, recordando al autor de Luces de Bohemia. La verosimilitud de las atrocidades narradas se logra mediante el uso de paratextos cervantinos, como las notas del transcriptor, el testamento del albacea y las cartas del guardia civil.

Lenguaje y Visión del Mundo

El estilo de la novela se caracteriza por la inclusión de expresiones coloquiales, refranes y vulgarismos, acordes con la condición del protagonista. La obra transmite una visión negativa del mundo, marcada por el pesimismo existencial que recuerda a autores como Baroja, la novela naturalista de Zola y El Lazarillo de Tormes.

El contexto sociocultural de la España de posguerra, con su atrasado mundo rural y la presión de los instintos, moldea la conducta criminal de Pascual Duarte. Esta visión del mundo se alinea con el existencialismo francés, presente en obras como El extranjero de Albert Camus (1942).

Temas y Reflexiones

La novela aborda la insalvable distancia entre clases sociales, invitando a la reflexión del lector. Otros temas relevantes incluyen:

  • El marcado rol de género de hombres y mujeres.
  • La violencia en sus diversas manifestaciones: física (padre hacia Pascual), psíquica (madre) y social (Don Rafael, el señorito Sebastián).
  • La pena de muerte como consecuencia de las violencias previas.

En esencia, La familia de Pascual Duarte es una profunda reflexión sobre una existencia marcada por el sufrimiento, oscilando entre la esperanza y la desesperanza. Esto confiere a Pascual Duarte una humanidad que permite la empatía del lector, a pesar de su condición de asesino.

La obra, enmarcada en la tradición de las novelas de confesión, sitúa al lector en la posición de juez, quien puede interpretar al protagonista con indulgencia o considerarlo un manipulador en busca de redención.

El Novecentismo y las Vanguardias: Renovación Artística y Literaria

Contexto Histórico y Cultural

En Europa, la Gran Guerra (1914-1918) y sus secuelas sentaron las bases para el desarrollo de movimientos artísticos y literarios experimentales y rupturistas conocidos como las Vanguardias. En España, la recesión económica, el malestar social, la guerra en África y el separatismo catalán culminaron en el golpe militar de Primo de Rivera en 1923, poniendo fin a la Restauración.

El Novecentismo (Generación del 14)

El Novecentismo, también conocido como Generación del 14, fue un movimiento cultural español de la segunda década del siglo XX que se posicionó en contra de las corrientes del siglo XIX, como el Romanticismo, el Realismo y el Modernismo. La revista Revista de Occidente, fundada por Ortega y Gasset en 1923, se convirtió en un epicentro de las nuevas inquietudes intelectuales, marcando el fin de la estética decimonónica.

José Ortega y Gasset fue una figura central del ensayo novecentista, cuyas ideas sociales se plasmaron en obras como La deshumanización del arte (1925). La novela novecentista, enlazando con las Vanguardias, superó el Realismo a través del lirismo, el humor, el intelectualismo y la propia concepción de la “deshumanización del arte”. Entre sus exponentes se encuentran R. Pérez de Ayala (Troteras y danzaderas) y Gabriel Miró (Nuestro padre San Daniel, 1921).

Juan Ramón Jiménez: Puente entre Movimientos

Juan Ramón Jiménez (1881-1958), poeta y prosista destacado de la Generación del 14, actuó como un nexo entre el Modernismo y las Vanguardias. Su concepción de la poesía como belleza pura, absoluta y esencial impulsó la misión del poeta de captar la belleza y el misterio del universo.

  • Primera etapa (“sensitiva”): Predominio de una poesía intimista, nostálgica y melancólica, con fuerte sentimiento de la naturaleza y elementos sensoriales. Su obra más conocida es el libro de prosa lírica Platero y yo (1914).
  • Segunda etapa (hasta 1936): Concepción de una poesía minoritaria y conceptual, en búsqueda de la perfección. El uso de símbolos, la visión de la realidad como reflejo del mundo interior (paisaje-alma) y la temática de los principios universales caracterizan obras como Diario de un poeta recién casado (1916).
  • Tercera etapa (“suficiente o verdadera”, hasta 1958): Etapa de plenitud, marcada por la introspección y la temática religiosa, desarrollada durante su exilio. Espacio (1954) es un ejemplo de esta fase.

Las Vanguardias: Ruptura y Experimentación

Las Vanguardias fueron movimientos de renovación artística y literaria surgidos en Europa como respuesta a la crisis de fin de siglo y la Gran Guerra. Se caracterizaron por la experimentación, la creación de un arte nuevo, la hostilidad hacia la tradición y la negación del pasado artístico, a menudo comunicada a través de manifiestos.

Entre los movimientos más destacados se encuentran:

  • Expresionismo: El arte revela la realidad interior.
  • Futurismo: El arte se consagra al futuro.
  • Cubismo: Conocido por los caligramas.
  • Dadaísmo: Exaltación de lo ilógico, lo absurdo, lo primitivo y lo infantil.
  • Surrealismo: La revolución estética más importante del siglo XX, buscando la liberación total del hombre mediante la combinación de las ideas de Freud y Marx.

Vanguardias en España

En España, La deshumanización del arte de Ortega y Gasset (1925) definió las características de la literatura de los años 20: originalidad, impopularidad, metáfora, hermetismo, autosuficiencia del arte, antirromanticismo y surrealismo. El Surrealismo se convirtió en la vanguardia más influyente, promoviendo la “rehumanización” del arte desde 1928, con autores como García Lorca, Alberti y Aleixandre.

Otros autores vanguardistas relevantes incluyen a Ramón Gómez de la Serna, creador de las “greguerías”, Guillermo de Torre, promotor del Ultraísmo, y el chileno Vicente Huidobro, iniciador del Creacionismo.

El Teatro Español: Tradición y Renovación

Teatro Conservador

El teatro de la época estaba condicionado por los gustos del público burgués. El teatro conservador, que triunfaba en los escenarios españoles, incluía:

  • Drama histórico-modernista: Teatro en verso, vinculado al Modernismo y al Neorromanticismo, acrítico e ideológicamente apologético, en oposición a las ideas del 98. Los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos, 1929) cultivaron este estilo.
  • Comedia realista burguesa: Jacinto Benavente (1866-1954), autor de Los intereses creados (1907), intentó renovar el teatro con crítica social en sus inicios, pero adaptó su obra a los gustos del público para alcanzar el éxito.
  • Teatro cómico (astracán): Pedro Muñoz Seca (La venganza de don Mendo, 1918) es un exponente de este teatro tradicional y exitoso, caracterizado por la parodia.

Teatro Renovador

El teatro renovador buscaba la innovación ideológica o formal, lo que a menudo resultaba en fracaso comercial para los autores del 98 y un éxito desigual para los del 27.

  • Teatro de la Generación del 98: Miguel de Unamuno y Jacinto Grau exploraron un teatro filosófico, simbólico e intelectual, reflejo de las ideas del 98, pero con escaso éxito comercial.
  • Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936): Figura clave en la búsqueda de nuevas formas dramáticas, con un lenguaje novedoso y obras de difícil representación.
    • Comedias bárbaras (1907-1908-1922): Trilogía ambientada en la Galicia rural, que retrata un mundo heroico en descomposición con un lenguaje de gran fuerza dramática.
    • Luces de Bohemia (1920): Su primer “esperpento”, una estética que fusiona lo trágico y lo burlesco, deformando la realidad española y presentando personajes degradados (antihéroes) con humor agrio, diálogos brillantes y un lenguaje rico e innovador.
    • Divinas palabras (1920): Drama rural ambientado en la Galicia mítica de Valle-Inclán.
  • Teatro de la Generación del 27: Incorporó formas vanguardistas y buscó acercar el teatro al público. Entre sus representantes se encuentran Pedro Salinas, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Alejandro Casona, Max Aub y Federico García Lorca.

Federico García Lorca: Poesía y Drama

Federico García Lorca (1898-1936) desarrolló un teatro poético y experimental centrado en la lucha del individuo por encontrar su esencia, a menudo truncada por la muerte. Logró el éxito combinando rigor estético y alcance popular.

  • Etapa de los años 20: Teatro experimental con elementos vanguardistas y folklóricos. El Romancero gitano (1928) es su obra cumbre, fusionando lo culto, lo vanguardista y lo popular, con la metáfora como recurso principal y el mito del gitano como símbolo del marginado y la frustración.
  • Etapa de los años 30: Teatro didáctico de intención social. Obras como la Trilogía dramática de la tierra española (Bodas de sangre, 1933; Yerma, 1934) mezclan verso y prosa, con una perspectiva trágica sobre la represión del instinto. La casa de Bernarda Alba (1936) es un drama burgués rural en prosa, con lenguaje realista y toques cómicos.
  • Obras posteriores: Poeta en Nueva York (escrito en 1929-30), con un fuerte acento social, tono de dolor y protesta, y temas como la soledad y la frustración. El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935) y los Sonetos del amor oscuro (1935-36) son también obras destacadas.

Teatro Humorístico de los Años 30

Autores como Jardiel Poncela (1901-1952) buscaron renovar el humor con elementos vanguardistas, anticipando el teatro del absurdo (Eloísa está debajo de un almendro, 1940).

Miguel Mihura (1905-1977), autor de gran éxito, adaptó su vanguardismo a los gustos de la época, creando un humor absurdo y naif. Tres sombreros de copa (1932) es su obra más original, precursora del teatro del absurdo, que refleja la frustración del individuo ante la sociedad y la imposibilidad de ser feliz.

La Poesía de la Generación del 27

Contexto Histórico y Grupo Literario

La Generación del 27 se desarrolló en un contexto histórico marcado por la Dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República, la Guerra Civil y el Franquismo. En los años 20, un grupo de artistas con conciencia de grupo, unidos por la amistad y experiencias comunes, comenzó a publicar sus primeras obras. Este grupo, conocido como la Generación o Grupo del 27, incluía a Rafael Alberti, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.

A este grupo se unieron las “Sinsombrero”, mujeres destacadas en los movimientos culturales y artísticos de los años 20 y 30, como Concha Méndez, Josefina de la Torre y Ernestina de Champourcín.

Influencias y Afinidades Estéticas

Los poetas del 27 compartieron influencias de Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Ramón Gómez de la Serna, Gustavo Adolfo Bécquer, Góngora y el Surrealismo francés. Sus afinidades estéticas se basaban en la síntesis de elementos contrapuestos, logrando un equilibrio entre tradición y renovación, lo que los diferenció de otros movimientos europeos de la época.

Etapas de la Poesía del 27

  • Etapa deshumanizada (hasta 1928): Tanteos iniciales influenciados por Bécquer, la poesía pura, las Vanguardias, el neopopularismo y el clasicismo de Góngora. Obras destacadas: Romancero gitano de F. García Lorca; Marinero en tierra de Rafael Alberti.
  • Etapa rehumanizada (hasta 1939): Fuerte influencia surrealista, marcada por el pesimismo, la angustia y acentos sociales y políticos. Obras notables: La voz a ti debida de Pedro Salinas; Poeta en Nueva York de F. García Lorca; Sobre los ángeles de Rafael Alberti.

Poesía tras la Guerra Civil

Tras la Guerra Civil, la Generación del 27 se dividió en dos grupos:

  • Exiliados: Continuaron su obra en el extranjero, caracterizada por temáticas sociales y la nostalgia por la patria perdida. Autores: Jorge Guillén (Clamor), Rafael Alberti (Baladas y canciones del Paraná).
  • En España: Desarrollaron una poesía “desarraigada”, centrada en el humanismo angustiado y el existencialismo (Dámaso Alonso, Hijos de la ira), o una poesía profundamente surrealista (Vicente Aleixandre, Sombra del Paraíso).

Federico García Lorca: Poeta Universal

Federico García Lorca (1898-1936), poeta y dramaturgo granadino, murió fusilado en julio de 1936. Su obra se caracteriza por la vitalidad, la frustración y el tema del destino trágico.

  • Etapa deshumanizada (años 20): Sus primeros libros reflejan la crisis con elementos vanguardistas y folklóricos. El Romancero gitano (1928) es su gran éxito, representando la fusión de lo culto, lo vanguardista y lo popular, con la metáfora como recurso estilístico fundamental y el mito del gitano como símbolo del marginado, la frustración y la muerte en un estilizado ambiente andaluz.
  • Etapa rehumanizada (años 30): Obras de madurez. Poeta en Nueva York (publicado póstumamente) supuso un cambio radical, con un fuerte acento social, tono de dolor y protesta, y temas como la soledad, la frustración y la angustia. La renovación del lenguaje y la técnica surrealista son sus aspectos formales más innovadores. El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935) y los Sonetos del amor oscuro (1935-36) son también obras cumbre de esta etapa.

Rafael Alberti: Compromiso y Exilio

Rafael Alberti (1902-1999), pintor y poeta gaditano, encontró un nuevo sentido a su vida en el compromiso social y político tras una profunda crisis espiritual. Colaboró con la Segunda República y se exilió tras la Guerra Civil, regresando a España en 1977.

  • Etapa deshumanizada (años 20): Su primer libro, Marinero en tierra (1925), aúna tradición popular y vanguardismo, con nostalgia del mar y tono alegre. En Cal y canto (1926-27), acentúa el influjo vanguardista del Futurismo y el barroquismo de Góngora.
  • Etapa rehumanizada: En 1927, una crisis personal lo lleva a la “rehumanización” de su obra. Sobre los ángeles (1929) es una obra surrealista que expresa su desconcierto existencial. A partir de 1931, crea una poesía “civil” en defensa de los valores republicanos y de propaganda bélica, como Madrid, capital de la Gloria. En el exilio, la nostalgia por la patria perdida y la poesía de intención social (Entre el clavel y la espada) se convierten en temas centrales.

Miguel Hernández: Voz del Pueblo

Miguel Hernández (1910-1942), considerado por algunos como miembro de la Generación del 27 y por otros como puente hacia las promociones de posguerra, supo conjugar la fuerza de la inspiración con el arte riguroso, el arranque popular y las técnicas clásicas y cultas. De origen humilde y sin estudios formales, se afilió al PCE en 1936, participó en la Guerra Civil y murió de tuberculosis en prisión.

Su obra abarca las principales actitudes de la poesía contemporánea:

  • Poesía pura y neogongorina: En la línea de J.R.J. y los primeros libros del 27. Perito en lunas (1931-32).
  • Poesía amorosa subjetiva: El rayo que no cesa (1933-35).
  • Poesía social: Influyó decisivamente en la poesía social de los años 50. Viento del pueblo (1937).

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