La Guerra Civil Española: Desarrollo, Actores y Consecuencias Históricas


Desarrollo de la Guerra Civil Española (1937-1939)

Desde mediados de 1937 hasta el verano de 1938: La intensificación del conflicto

Desde mediados de 1937 hasta el verano de 1938, las tropas de Franco tomaron la iniciativa y aseguraron el control del norte. La contienda se recrudeció debido a la ayuda exterior, dando paso a grandes ofensivas y adquiriendo un carácter de guerra moderna. La aviación fue un arma fundamental, la caballería fue sustituida por el carro de combate, y se llegó al concepto de “guerra total”. Se intensificó la “guerra psicológica”, y los estados mayores aplicaron principios de geopolítica.

Durante la ofensiva de Franco sobre Madrid, se libraron las batallas del Jarama y de Guadalajara. Posteriormente, Franco abandonó la idea de tomar Madrid y decidió concentrar sus fuerzas en el norte para asegurar sus recursos. Tras la caída del Norte, se proyectó hacia el Mediterráneo con el objetivo de dividir la zona republicana en dos y aislar Cataluña, lo cual logró. Como respuesta, la República inició la Batalla del Ebro en 1938. Atravesó el río y estableció una cabeza de puente para cercar al enemigo, pero fracasó.

Fase final de la guerra (de julio de 1938 hasta abril de 1939)

El fracaso de la ofensiva en el Ebro dejó a la República en una situación de derrota, acentuando las distensiones internas. En diciembre, Franco ocupó Cataluña. La España republicana se redujo a Madrid, la capital, donde se formó la Junta de Defensa. Las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo. El 1 de abril, Franco anunciaba que la guerra había terminado.

Evolución Política en la Zona Republicana

El levantamiento militar desencadenó un proceso revolucionario. El gobierno de Giral no logró imponer su autoridad y fue desplazado por nuevos centros de poder. En diversas zonas de la España republicana surgieron comités revolucionarios. Los republicanos carecieron de unidad política, y las divisiones internas se acentuaron. Los anarquistas entendían que vencer la guerra y completar la revolución eran procesos paralelos e inseparables, e impulsaron la colectivización de la tierra. Comunistas y socialistas, por su parte, creían que la revolución impedía una lucha eficaz y priorizaban la derrota del enemigo. Largo Caballero intentó posponer la revolución, frenar la colectivización, reforzar la disciplina militar y, en última instancia, vencer la guerra. El PCE incrementó su influencia, lo cual se acentuó con la llegada de Negrín al gobierno. La quiebra del poder central gubernamental y la fragmentación política debilitaron a los republicanos, lo que se convirtió en una de las causas fundamentales de su derrota. La falta de unidad de mando impidió una dirección ordenada y eficiente de las operaciones militares y del esfuerzo económico necesario para alcanzar la victoria.

Los Orígenes del Estado Franquista

Los sublevados carecían de un proyecto político definido en caso de triunfo. Los generales buscaban unificar las tropas. En septiembre de 1936, se reunieron los principales militares y eligieron a Francisco Franco como jefe del “Gobierno del Estado”, convirtiéndose así en el máximo dirigente. La rápida ascensión de Franco se debió a sus éxitos militares en África, su astucia y habilidad para establecer contactos y obtener ayuda, así como a la falta de rivales significativos. Los objetivos de las primeras disposiciones de los sublevados fueron desmantelar el parlamentarismo, defender los intereses socioeconómicos y construir un nuevo Estado autoritario.

Consecuencias de la Guerra Civil y la Postguerra en España

Consecuencias Demográficas

Durante un tiempo, se estimó un millón de muertos en ambos bandos. Hoy, la cifra de 243.000 muertos aportada por Ramón Salas Larrazábal es la más aceptada. También fueron significativas las muertes por enfermedad o malnutrición, el número de emigrantes y la reducción de nacimientos. Se estima un total de entre 750.000 y un millón de muertos (aproximadamente el 4% de la población).

Consecuencias Económicas

La producción económica descendió en todos los sectores: la agricultura se redujo un 20% y la cabaña ganadera entre un tercio y la mitad; la producción industrial se redujo un 30%, cuya recuperación fue lenta y difícil, en parte debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial; y las infraestructuras de comunicaciones quedaron muy maltrechas: la marina perdió un tercio de su tonelaje, los ferrocarriles un 40%, los transportes por carretera un 70%, y los daños en ferrocarriles y carreteras fueron considerables. La renta nacional descendió drásticamente. Se destruyeron aproximadamente 500.000 viviendas, y doscientas localidades sufrieron destrucciones de más del 60% de sus edificios. Los gastos de guerra se estimaron en 6 billones de pesetas. La carencia de reservas de oro en el Banco de España dificultó enormemente la reconstrucción del país.

Consecuencias Sociales

La consecuencia más directa fue la escasez de alimentos, lo que llevó a una reducción drástica de la dieta y a la proliferación de fenómenos de acaparamiento y venta fraudulenta en el mercado negro. Un aspecto destacado del nuevo régimen fueron las depuraciones: la expulsión de republicanos y opositores de sus empleos, siendo estas más amplias en los cuerpos considerados de izquierdas. En las oposiciones convocadas, se reservaron plazas para los combatientes franquistas, a quienes se les exigió expresar lealtad al nuevo régimen. El exilio privó al país de profesionales altamente cualificados como médicos, ingenieros, abogados y profesores.

Conclusión

La Guerra Civil Española fue uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX. Sus consecuencias marcaron profundamente la vida y la memoria de la sociedad española, tanto por los horrores de la contienda, la represión y el exilio, como por el régimen político en el que desembocó: la dictadura de Franco.

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