La Realidad en Cuestión: Perspectivas Filosóficas del Idealismo y Materialismo


El Idealismo y sus Problemas

Existe una serie de fenómenos que pueden llevarnos a pensar que existe un tipo de realidad distinta a la que nos muestran los sentidos. Pensemos en nosotros mismos haciendo una introspección: ¿qué es lo que hay dentro? Podemos llamar a eso que experimentamos nuestras vivencias, nuestros sentimientos, a los cuales solo tengo acceso yo. Es cierto que, cuando estoy triste o feliz, ciertos procesos ocurren en mi cerebro con mis neuronas, pero también es cierto que alguien puede manipular mis sentimientos y mis creencias internas. Asimismo, puedo consumir sustancias que modifiquen esa vivencia, pero eso que siento es y será siempre mío. Esto, sin embargo, no quita el hecho de que pueda transmitirlo con mis palabras.

Así pues, si crees que debe haber algo más; si las explicaciones de la ciencia no te dejan satisfecho porque necesitas creer en la existencia de algo que dé sentido a nuestra vida y al mundo, entonces, si compartes esta idea, eres idealista, ya que contemplas la existencia de una realidad que no se puede identificar o reducir a la realidad física o material.

Las variadas tesis idealistas plantean muchos problemas desde distintas perspectivas. Desde el punto de vista epistemológico, surge el problema de que, mientras la realidad material posee experiencia sensorial, no queda clara la forma de acceder a realidades como Dios o la mente. Por otro lado, desde la perspectiva ontológica, al postular la existencia de distintos tipos de realidades, se hace necesaria la explicación de la relación entre estas. Debe haber alguna conexión, ya que la esencia de las cosas y la relación entre la mente y el cuerpo no parecen quedar demasiado claras.

La Metafísica: Origen del Término y el Estudio del Ser

La metafísica es una rama de la filosofía que trata de responder preguntas como: ¿Qué es el amor? ¿Existe el amor? Se puede decir que la metafísica es una «ciencia buscada» y un saber deseado por la humanidad, pues trata cuestiones que todos nos hemos planteado, pero que, lamentablemente, no podemos llegar a responder de un modo efectivo, ya que sobrepasan nuestras capacidades intelectuales.

En cuanto al origen del término, cuenta la leyenda que, al ordenar los libros de Aristóteles, Andrónico se encontró con una serie de obras que no trataban de filosofía natural, ni de lógica, ni de ética. Decidió colocar estos libros detrás de los de física y agruparlos bajo un mismo título que hiciese referencia al lugar que ocupaban en la biblioteca: «Los que están detrás de la física» (meta ta physika). En definitiva, según nos indica el propio nombre, la metafísica será un estudio o saber de la realidad, pero de la realidad entendida no como lo hace la ciencia, sino en un sentido más amplio y profundo.

El estudio del ser en la metafísica es un tipo de saber más global y ambicioso que el científico, porque trata aquellos aspectos de la realidad que, por no ser observables, quedan fuera de las consideraciones científicas.

Aristóteles describe esta «ciencia buscada» con las siguientes palabras: «Hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es, y los atributos que, por sí mismo, le pertenecen». Pero, ¿qué significa la expresión «lo que es»? Aristóteles explica que hay varias formas de «ser», pero en todas ellas se refieren a una forma fundamental del ser propiamente dicho, a lo que él llama sustancia o entidad.

Las distintas teorías metafísicas, a la hora de clasificar razonadamente lo real, adoptan modelos diferentes. Bajo los nombres de monismo y pluralismo se engloban teorías que responden a la pregunta del origen de la realidad. El monismo afirma que, por encima o por detrás de las aparentes diferencias, todas las cosas consisten en ser de una misma naturaleza, se reducen a algún elemento fundamental o son modos de una única y misma sustancia. El pluralismo, por su parte, sostiene que entre las cosas que existen se da una inaccesible diversidad de naturaleza, esencia o sustancia, de manera que hay que hablar de una total diversidad.

Así pues, el monismo postula que solo hay una especie de realidad de la que todas las demás «aparentes» realidades serían manifestaciones o modificaciones. Teniendo esto en cuenta, las posturas monistas, mantenidas a lo largo de la historia, pueden ser reducidas al materialismo o al espiritualismo.

Por lo tanto, tanto el monismo materialista como el espiritualista pueden, a su vez, ser entendidos de distintas maneras, según lo que se entienda en cada caso por materia o por espíritu. Por el contrario, el pluralismo afirma la diversidad esencial e irreductible de sustancias, es decir, considera que los principios de la realidad son múltiples.

El Idealismo Platónico y sus Problemas

Platón no solo defiende la existencia de una realidad espiritual más allá de lo material, sino que mantiene su primacía respecto a esta. La primera realidad que nombra está compuesta por Ideas eternas, inmutables y perfectas. Estas constituyen la auténtica realidad, el Ser, y son imperceptibles por los sentidos, pues solo puede captarlas el entendimiento.

Las Ideas son «esencias», es decir, aquello por lo que una cosa particular es lo que es; por ejemplo, la Idea de la Belleza. Entre las Ideas y las cosas hay una relación de participación o imitación: las personas y acciones que se consideran justas lo son porque participan de la Idea perfecta de Justicia. La teoría implica una separación del mundo: por un lado, el mundo visible (lo material); y por otro, el mundo inteligible (el de las Ideas). Esta duplicidad se alegoriza en el famoso mito de la caverna.

Las variadas tesis idealistas plantean muchos problemas desde distintas perspectivas. Desde el punto de vista epistemológico, surge el problema de que, mientras la realidad material posee experiencia sensorial, no queda clara la forma de acceder a realidades como Dios o la mente. Por otro lado, desde la perspectiva ontológica, al postular la existencia de distintos tipos de realidades, se hace necesaria la explicación de la relación entre estas. Debe haber alguna conexión, ya que la esencia de las cosas y la relación entre la mente y el cuerpo no parecen quedar demasiado claras.

Similitudes y Diferencias entre el Materialismo y el Idealismo

[Esta sección no contenía contenido en el documento original.]

El Materialismo y sus Problemas

La materia es aquello de lo que están hechas las cosas que percibimos por los sentidos. A pesar de la diversidad de cosas que podemos observar, nos guiamos por lo que nos enseñan. La filosofía nos da a entender que la materia es como un sustrato de los cambios, un elemento del que se componen las cosas y aquello que se percibe por los sentidos.

Un materialista es alguien que solo da crédito a los conocimientos probados que proporciona la ciencia, ya que lo único seguro y garantizado es aquello de lo que tenemos experiencia.

La cuestión del materialismo no es fácil: afirmar la existencia de una realidad material es tan problemático como afirmar la existencia de realidades espirituales. ¿Cómo demostrar o conocer su existencia? Nuestras sensaciones son subjetivas, son estados mentales. ¿Qué nos hace pensar que están provocadas por una realidad material independientemente de nuestra mente? Acerca de esta relación no es posible experiencia alguna y, por lo tanto, no es posible conocimiento alguno.

Por otro lado, puede asociarse al materialismo una concepción mecanicista según la cual todos los sucesos del mundo responden a invariables leyes causales. Pero, por ejemplo, si nuestro comportamiento puede ser explicado y previsto por referencia a su causa…

Con respecto al problema mente-cuerpo, para el materialismo, estos serían la misma cosa: todos nuestros estados y procesos mentales son identificables con estados neuronales del cerebro. Pero este problema sigue sin resolverse del todo.

La Realidad: ¿Qué es el Amor según la Ciencia y la Metafísica/Filosofía?

¿Qué es la realidad? Una definición intuitiva de la realidad nos llevará a decir que la realidad está constituida por el conjunto de todo lo que existe o es. Esta afirmación, por otra parte, no deja de ser problemática, pues: ¿Existen los átomos de la misma manera que existen los árboles o los caballos?

Aclarar estas intuiciones que tenemos acerca de la realidad ha sido, desde siempre, una de las aspiraciones fundamentales de la metafísica, por lo que contamos con muchas y diversas teorías al respecto. Podemos distinguir, por ejemplo, la concepción de la realidad en un sentido restrictivo, que abarca todo aquello que nos rodea y de lo que podemos tener experiencia, ya sea porque se trate de seres observables tanto por los sentidos como por instrumentos (como los átomos) y/o leyes verdaderamente contrastadas. Esta concepción de la realidad coincide científicamente con la realidad física o material. Seguidamente, en un sentido amplio, se considera que no solo tienen existencia los seres materiales y observables de la ciencia, sino también realidades subjetivas que conocemos íntimamente (sentimientos, ideas, creencias, etc.) y productos culturales (la mente, Dios, la libertad, la justicia, etc.). Incluso se puede considerar real la esencia misma de las cosas; esto es, aquello que no podemos observar pero que dota de sentido a la realidad material.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *