Maestros de la Escultura Griega Clásica: Fidias, Praxíteles, Lisipo y Escopas


El Periodo Clásico de la Escultura Griega (Siglos V y IV a.C.)

Este periodo abarca desde la segunda mitad del siglo V a.C. hasta la primera mitad del siglo IV a.C. Se mantiene la búsqueda de la perfección y el ideal de belleza a través del cuerpo humano, resultando en un naturalismo idealizado. En lo que respecta al relieve, se logra crear escenas con movimiento y se establece un canon o sistema de proporciones.

Fidias: El Maestro del Alto Clasicismo (Siglo V a.C.)

Fidias, el escultor más importante de este periodo, coincidió con Pericles en Atenas y trabajó en una gran escuela que incluía a escultores importantes como Calímaco y Crésilas. En Fidias encontramos tres características que van a diferenciar sus esculturas de otras:

  • La majestuosidad: Es un escultor que representa a los dioses, creando figuras monumentales y grandiosas.
  • La gracia en los ropajes: Viste a sus esculturas con amplios ropajes, utilizando la técnica de los “paños mojados”, es decir, las telas parecen estar mojadas y se pegan a las formas del cuerpo.
  • La serenidad clásica: Fidias es el escultor que mejor representa el ideal de belleza clásica.

Sus obras se dividen en dos grupos:

  1. Esculturas exentas de Atenas: Como por ejemplo Atenea Parthenos, hecha en teoría en oro y marfil (crisoelefantina), que medía 12 metros de altura.
  2. Modelos del Partenón: En los frontones aparecía el nacimiento de Atenea y la lucha de Atenea y Poseidón. En las metopas se representaban las amazonas, la gigantomaquia, la lucha de los centauros y la guerra de Troya.

El Bajo Clasicismo: Humanización y Expresión (Siglo IV a.C.)

Durante la primera mitad del siglo IV a.C., las obras se vuelven más humanas. Empieza a aparecer cierto interés porque el rostro refleje algún gesto, consiguiendo una expresión real. Los escultores más importantes son Praxíteles, Lisipo y Escopas.

Praxíteles: La Curva y la Sensualidad

Las esculturas de Praxíteles destacan por contar con la curva praxiteliana o la inclinación de la cadera hacia un lado que da lugar a una forma serpentina a la figura. Dará diferentes tratamientos al mármol, apareciendo zonas pulidas y otras mucho menos, logrando crear así distintas texturas que sirven para diferenciar, por ejemplo, el pelo del rostro. Praxíteles representa imágenes sensuales, agradables, en posturas de descanso, de ocio y con la mirada perdida.

Su obra más importante es el Hermes con Dionisio niño, una escultura de mármol datada hacia el 350-330 a.C., realizada para decorar el templo de Hera en Olimpia. En ella aparece el dios Hermes sujetando al dios Dionisio con su brazo izquierdo, mientras que con la derecha parece ser que le daba uvas. Se trata de una alegoría del dios Dionisio (dios del vino). El cuerpo de Hermes marca una línea sinuosa a su lado derecho, resaltando la cadera. En el lado izquierdo, Hermes sujeta un manto que cae de forma natural con pliegues desordenados. El rostro de Hermes es de gran belleza, destacando el trabajo del cabello; los ojos le dan una actitud de ausente y los labios le aportan cierta sensualidad. Otra obra de Praxíteles es la Venus de Cnido.

Lisipo: El Nuevo Canon de Nueve Cabezas

Lisipo, activo en la primera mitad del siglo IV a.C., establece un nuevo canon más alargado, fijado en nueve cabezas. Fue el escultor de Alejandro Magno y sus obras se caracterizan por crear distintos planos que permiten ver la escultura desde diferentes puntos de vista.

Entre sus obras destacan:

  • El Apoxiomenos: Datada hacia el 320 a.C., es una copia en mármol del original en bronce. Representa un atleta que se quita el aceite y el polvo tras una competición. En el brazo izquierdo, que tiene flexionado, tendría en su mano el raspador. El brazo derecho está extendido y la pierna derecha se apoya lateralmente. En esta escultura se aplica el nuevo canon de Lisipo, por ello la cabeza es una novena parte del cuerpo. El rostro está inclinado ligeramente y mira al frente. Apoxiomenos significa “el que se quita el aceite”, término que hace referencia a la costumbre que tenían los atletas de aplicarse el ungüento.
  • Ares sentado: Muestra al dios guerrero sentado con la espalda levemente inclinada hacia atrás y las manos apoyadas sobre la rodilla izquierda. Un amorcillo juega entre sus piernas.
  • La Cabeza de Alejandro Magno.

Escopas: La Intensidad Dramática y el Claroscuro

Escopas, activo en la primera mitad del siglo IV a.C., este escultor no buscaba la belleza exterior, sino la intensidad en las expresiones. Utilizaba el claroscuro en todas sus obras, siendo conocido como el escultor de la tensión, el dolor y la angustia.

Entre sus obras destacan:

  • La Cabeza de Meleagro: Con la cabeza torcida, expresión preocupante y ojos hundidos.
  • El Relieve del Mausoleo de Halicarnaso.
  • La Ménade danzando: Sacerdotisa que realiza el rito dionisíaco, representada en el momento culminante de su danza, en pleno delirio, con el cuerpo totalmente arqueado.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *