Concepto y Ámbito de Aplicación del Trabajador Asalariado
El concepto de trabajador asalariado sirve para definir y circunscribir el ámbito de aplicación del Derecho del Trabajo, que solo se aplica a los trabajadores asalariados. La cualificación del trabajo como asalariado implica la aplicación del peculiar sistema de fuentes propio del Derecho del Trabajo. Serán las leyes y los convenios colectivos los que rellenarán de contenido el propio contrato de trabajo, que, por tanto, se regulará de forma unitaria pero no uniforme.
Se trata de una noción unitaria con la que se ha pretendido superar la impostación de la legislación social de los orígenes, que se aplicaba a grupos o categorías determinadas (trabajadores manuales en fábricas, minas o en el campo, niños y mujeres, etc.). Esto supuso la construcción de una noción unitaria y abstracta de trabajo asalariado, dotada de una enorme fuerza expansiva.
Se define en el artículo 1.1 del Estatuto de los Trabajadores (ET), que establece que esta ley será de aplicación a los trabajadores que presten sus servicios retribuidos por cuenta ajena y dentro del ámbito de organización y dirección de otra persona, física o jurídica, denominada empleador o empresario.
Características Esenciales del Trabajo Asalariado
Las características que definen la relación laboral por cuenta ajena son:
Voluntariedad
La celebración del contrato de trabajo ha de ser el resultado del encuentro libre de voluntades entre quien ofrece y quien demanda empleo: trabajo asalariado como prestación personal y libre. El acuerdo puede alcanzarse tanto de forma expresa como de forma tácita (art. 8 ET). Implica la exclusión del trabajo esclavo, forzoso u obligatorio. El compromiso del trabajador es personal (no cabe la subrogación en su posición jurídica, aunque sí para el empresario, art. 44 ET). La voluntariedad se entiende en sentido meramente formal (la dependencia económica y la falta de otros medios para subsistir no afectan a la voluntariedad).
Ajenidad
La ajenidad es un dato concluyente y se manifiesta en varios aspectos:
- Ajenidad en los frutos o resultados del trabajo: Estos se incorporan inmediatamente al patrimonio de quien recibe la prestación, ya sea para uso y consumo propio o para su explotación o venta en el mercado. El trabajador entrega trabajo a cambio de una retribución.
- Ajenidad en los riesgos: Atribución de los riesgos económicos o de explotación propios de la actividad al que recibe la prestación (el empresario).
- Ajenidad en los medios: Los útiles, materiales y medios de producción han de ser aportados por la empresa. Se admite lo contrario si son de pequeña entidad o insuficientes para poner en marcha el negocio por sí solos. Es la empresa la que debe asumir la responsabilidad de los gastos que genera el trabajo y la clientela es suya, no del trabajador.
- Ajenidad en el mercado: Es el empresario quien incorpora los frutos del trabajo en el mercado, percibiendo directamente los beneficios.
Dependencia o Subordinación
El trabajo asalariado es el que se realiza bajo las órdenes e instrucciones del empresario (inserción del trabajador dentro del círculo rector y organizativo del empresario, es decir, dentro de su ámbito de organización y dirección). El trabajador no organiza su trabajo, sino que lo presta bajo las órdenes de otro (el empresario), quien tiene el poder de especificar el contenido y las cualidades del trabajo y orientar hacia un resultado la actividad del trabajador.
Retribución
Es indispensable el ánimo de lucro: se trabaja para recibir a cambio una contraprestación económica (llamada salario o sueldo, que suele tener las características de la periodicidad en su devengo y uniformidad en su importe). Carácter oneroso y sinalagmático del contrato de trabajo. El contrato de trabajo es un contrato de cambio al constituir obligaciones a cargo de las dos partes:
- Sinalagma genético: Con la celebración del contrato nacen las obligaciones recíprocas.
- Sinalagma funcional: Las obligaciones recíprocas son interdependientes.
Actividades Excluidas del Ámbito Laboral (Artículo 1.3 ET)
El Estatuto de los Trabajadores establece una serie de actividades que, aunque impliquen una prestación de servicios, quedan excluidas de la aplicación de la normativa laboral: