Marx y Nietzsche: Dos Visiones Críticas de la Modernidad


Karl Marx: Crítica de la Sociedad Capitalista

Biografía y Contexto Histórico

Karl Marx (1818-1883), filósofo alemán de origen judío, estudió Derecho y Filosofía, siendo influenciado por el pensamiento de Hegel. En Prusia, se involucró en el movimiento obrero mientras escribía ensayos económicos y filosóficos para diversas publicaciones. Debido a sus actividades consideradas subversivas, fue expulsado de Prusia y posteriormente de Francia, exiliándose finalmente en Londres. En esta ciudad continuó participando activamente en el movimiento obrero y escribió sus obras más influyentes: El Capital y la Contribución a la crítica de la economía política. También es coautor, junto a Friedrich Engels, del Manifiesto del Partido Comunista.

Marx vivió en pleno siglo XIX. El contexto político y social de su época había cambiado drásticamente en relación con el siglo anterior, debido a la penetración en la sociedad europea de las ideas ilustradas de la Revolución Francesa. La clase social triunfadora era la burguesía, que se convirtió en el motor de la nueva sociedad industrial:

  • Impulsó la Revolución Industrial, con un aumento espectacular en la producción de bienes materiales.
  • Sustituyó a la nobleza en el ejercicio del poder, estableciendo democracias liberales.
  • Fomentó la expansión colonial, que favoreció la explotación de materias primas para nutrir las fábricas de las metrópolis y abrir nuevos mercados de consumo.

Sin embargo, este desarrollo económico beneficiaba a unos pocos (los capitalistas) y, lejos de materializar los ideales de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa, agudizó las desigualdades. Efectivamente, las ingentes masas de trabajadores, el proletariado, que trabajaban en las fábricas vivían en condiciones infrahumanas. Esta situación provocó el surgimiento de movimientos obreros que buscaban, por vías pacíficas o violentas, transformar esta realidad de explotación. Frente a este panorama, y aunque el capitalismo adoptaría con el tiempo un rostro más humano, la filosofía de Marx propone la necesidad de un cambio radical a través de la revolución del proletariado.

La Superestructura y la Base Económica

La superestructura es un concepto clave en el pensamiento de Marx. Se refiere al conjunto de instituciones no económicas, entre las que destacan el sistema legal y el Estado. El materialismo histórico sostiene que la superestructura depende de las condiciones económicas (la infraestructura o base) en las que vive cada sociedad, y que está en función de los intereses de clase de los grupos dominantes que la han creado.

Marx expresa la influencia de la infraestructura en la superestructura con la célebre frase: «el ser social determina la conciencia». Esto significa que el carácter de las ideas dominantes en una sociedad (filosofía, religión, moral, etc.) se explica por su función de sostener y legitimar las actividades económicas exigidas por las fuerzas productivas.

Puede observarse que las relaciones legales de propiedad cambian para ratificar las transformaciones en las relaciones de producción. Cuando la ley se convierte en una traba para el desarrollo de las fuerzas productivas, esta es eventualmente reformada. Algunos ejemplos históricos ilustran esta dinámica:

  • La primitiva burguesía europea estaba formada por siervos que habían huido de los señores feudales a los que pertenecían, creando nuevas relaciones económicas que el viejo sistema legal no contemplaba.
  • Una ley inglesa de 1563 declaraba que aquellos hombres cuya situación económica fuera inferior a un determinado nivel no podían participar en la industria textil, protegiendo así los intereses de los gremios establecidos.
  • El derecho a huelga del proletariado, organizado en sindicatos, tuvo su origen en huelgas que inicialmente eran consideradas ilegales por un sistema legal que protegía al capital.

Consecuencias de la Teoría

De esta teoría se desprenden dos consecuencias principales:

  1. La comprensión completa de cada uno de los elementos de la superestructura (el derecho, la política, la cultura) solo se puede alcanzar a través de la comprensión de la estructura y los cambios económicos que constituyen su base.
  2. Esto implica que no es posible una independencia total del pensamiento humano respecto al mundo económico en el que las personas están inmersas, lo que puede llevar a un cierto relativismo ideológico.

Friedrich Nietzsche: Hacia una Nueva Moral

Biografía y Contexto Histórico

La vida de Friedrich Nietzsche (1844-1900) ocupa casi exactamente la segunda mitad del siglo XIX. Fue un siglo en el que tomaron cuerpo las profundas transformaciones que se venían gestando desde el origen de la Modernidad: el proceso de industrialización, las incesantes revoluciones sociales, el auge de los nacionalismos, etc. Este contexto comparte muchas similitudes con el de Karl Marx.

Para comprender a Nietzsche, es fundamental entender que durante la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a percibirse los límites del proyecto de la Ilustración. Los sueños de una sociedad fraternal, guiada por los ideales de libertad e igualdad y en constante progreso, se estaban desvaneciendo. Los conflictos no cesaban, aunque cambiaban de forma: ahora predominaba la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado industrial, así como las disputas nacionales e imperialistas.

Alemania, su patria, se gestaba en esos años como nación unificada (1871). El movimiento nacionalista marcó todo el siglo XIX, suscitando la mayoría de las guerras y convirtiéndose en un factor decisivo de cambio. La Revolución Francesa había proclamado la soberanía nacional y el «principio de las nacionalidades», ideales que se vieron frustrados por el Congreso de Viena. No obstante, fue la época en que gran parte de las colonias españolas en América obtuvieron su independencia.

Por otro lado, el imperialismo resultó en la expansión colonialista de potencias como Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos y Japón, mientras desaparecían los antiguos imperios español y chino. Todos estos Estados imperialistas proclamaban su «alta misión» en el mundo, como la de «edificar la obra civilizadora que Dios les propone», en palabras del emperador Guillermo II de Alemania.

El Superhombre y la Transvaloración de los Valores

Nietzsche propone una transvaloración de todos los valores. La moral cristiana, que él considera una moral de esclavos y negadora de la vida, sería sustituida por una moral sana que se guía por valores que dicen «sí» a la vida y a las pasiones. El abanderado de esta nueva moral, el Übermensch o superhombre, es aquel capaz de asumir la pesada carga del eterno retorno.

Nietzsche nos lo presenta en el prólogo de su obra Así habló Zaratustra. Este hombre es capaz de aceptar la vida en su totalidad y posee una voluntad de poder tanto metafísica como espiritual. Será aquel individuo superior que se crea a sí mismo y es, por ello, creador y dueño de su propia vida.

Las Tres Transformaciones del Espíritu

En la obra mencionada, Nietzsche describe las tres transformaciones del espíritu para llegar a ser superhombre:

  • El camello: Símbolo de la obediencia y la carga de los valores tradicionales («tú debes»).
  • El león: Representa el espíritu nihilista que destruye los viejos valores para conquistar su libertad («yo quiero»).
  • El niño: Es el espíritu del hombre superior, el superhombre, que crea nuevos valores desde la inocencia y el juego («yo soy»).

Interpretaciones y Vínculos Políticos

La transvaloración de los valores admite varias interpretaciones:

  1. Una posible interpretación la acerca a la teoría de la evolución de Darwin, ya que ambas perspectivas parecen valorar lo que impera en la naturaleza y la «ley del más fuerte».
  2. También puede interpretarse como la justificación de las conductas propias de los seres superiores, que crean sus propias normas.
  3. Finalmente, se puede aproximar a los valores del superhombre el espíritu griego presente en los héroes de Homero.

En cuestiones políticas, su pensamiento se aproxima al elitismo aristocrático de la épica homérica y afirma una división de la sociedad en clases. En su origen, el individuo fuerte trata a la naturaleza, a la sociedad y a los individuos más débiles como si fueran su presa. Los planteamientos políticos de Nietzsche son afines también al conservadurismo platónico: odia la democracia y tiene preferencia por un sistema político donde el poder, en manos de los «nuevos filósofos», reinventa los conceptos del bien y del mal.

Sin embargo, es crucial aclarar que Nietzsche no es un profeta del totalitarismo del Tercer Reich ni un partidario del antisemitismo, a pesar de la posterior y deliberada manipulación de su obra por parte del nazismo.

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