Movimientos Literarios Españoles: Del Realismo a la Generación del 14 (Siglos XIX y XX)


El Realismo Literario y el Naturalismo

1.1 El Realismo Literario

El Realismo es un movimiento literario y artístico que surge y se desarrolla en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX, posicionándose como una respuesta directa, y a menudo feroz, contra la evasión y la subjetividad idealista del Romanticismo. Su objetivo principal fue la reproducción exacta, completa y sincera de la vida contemporánea, utilizando la literatura, especialmente la novela, como un instrumento de análisis social y moral.

Contexto y Método

  • Contexto Histórico: La Revolución Industrial y el ascenso de la burguesía como clase dominante crearon una sociedad compleja y conflictiva (con la nobleza en declive y el proletariado en crecimiento) que el escritor sintió la necesidad de documentar. En España, esto se desarrolla en paralelo a la inestabilidad política tras la caída de Isabel II.
  • Método de Creación: Es casi científico y positivista. El autor actúa como un observador objetivo que documenta la realidad de forma minuciosa para lograr la máxima verosimilitud, rechazando cualquier elemento fantástico o imaginativo.

Técnicas Narrativas

La novela es el género preferido por su capacidad para construir vastos cuadros sociales y desarrollar la complejidad psicológica de los personajes. Las técnicas narrativas clave incluyen:

  • El uso del narrador omnisciente (que conoce el pasado, presente y futuro, y los pensamientos de todos).
  • La descripción detallada de escenarios y costumbres.
  • La naturalidad del lenguaje, adaptándolo al nivel social y cultural de cada personaje para que el diálogo sea un reflejo fiel de la realidad.

Evolución al Naturalismo

Posteriormente, el Realismo evoluciona hacia el Naturalismo (impulsado por Émile Zola), que aplica el determinismo científico a la literatura, argumentando que el comportamiento humano está predeterminado por la herencia biológica y el entorno social (centrándose en temas sórdidos y ambientes marginales). Si bien esta influencia llegó a España (Pardo Bazán, Clarín), el Naturalismo español tendió a ser más atenuado, manteniendo una preocupación por la ética y la moral, y evitando el materialismo más estricto.

Benito Pérez Galdós: Cumbre del Realismo Español

1.2 Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós (1843-1920) es la figura cumbre del Realismo en España y el novelista que mejor supo retratar la vida, la mentalidad y las convulsiones sociales de Madrid en el siglo XIX. Su obra abarca un largo periodo de la historia española, desde el complejo final del reinado de Isabel II hasta la época de la Restauración monárquica, actuando como un verdadero cronista del espíritu nacional.

Estilo y Técnicas

El estilo de Galdós es un modelo de Realismo: combina una observación social penetrante con un profundo análisis psicológico de sus personajes, todo ello permeado por un sentido ético que a menudo se traduce en una crítica sutil pero firme a la hipocresía burguesa y el fanatismo social. Domina técnicas como el uso del narrador omnisciente, el diálogo vivo y, especialmente, el estilo indirecto libre y el monólogo interior para dar voz al pensamiento de sus criaturas.

Ciclos Novelísticos

Su producción novelística se estructura en grandes ciclos:

  1. Primera Época o Novelas de Tesis (1870-1878): Se centran en el conflicto ideológico entre el liberalismo progresista y el tradicionalismo más reaccionario. Ejemplos: Doña Perfecta y Marianela.
  2. Novelas Españolas Contemporáneas (1881-1915): Ofrecen un vasto mural de la sociedad madrileña de la época. Galdós profundiza en el retrato de la burguesía y el ascenso de las clases humildes, evolucionando hacia un toque espiritualista en títulos como Misericordia (1897). Obras maestras: Fortunata y Jacinta y la tetralogía de Torquemada.
  3. Episodios Nacionales: Su obra más monumental, una serie de 46 novelas históricas que narran de manera accesible y novelada la historia de España desde la Batalla de Trafalgar hasta la Restauración.

El Modernismo: Estética de la Evasión y la Belleza

2.1 Definición y Características del Modernismo

El Modernismo es el movimiento literario y estético más influyente de finales del siglo XIX, con la particularidad de nacer en Hispanoamérica (con Rubén Darío como maestro indiscutible) antes de consolidarse en España. Se establece como una reacción puramente artística y vitalista frente al materialismo, el positivismo y la fealdad que la burguesía había impuesto en el arte de la época.

Bases Filosóficas y Fuentes

  • Filosofía: Busca el idealismo y la liberación espiritual a través de la belleza, bajo la máxima de “el arte por el arte” (l’art pour l’art).
  • Evasión: Rechaza la realidad vulgar y busca la evasión hacia mundos de ensueño (mitología, Oriente), el pasado refinado y la introspección.
  • Fuentes Francesas: Se nutre del Parnasianismo (la búsqueda de la perfección formal y el gusto por lo exótico, como los cisnes y Versalles) y del Simbolismo (la musicalidad del verso y la sugerencia de los estados de ánimo íntimos).

Estilo y Temas

Estilísticamente, el movimiento es una revolución total de la forma, caracterizada por:

  • La musicalidad del verso (mediante la aliteración y el ritmo).
  • El uso abundante de la sinestesia (la fusión de sensaciones) y el cromatismo (la preferencia por colores brillantes y simbólicos).
  • El enriquecimiento del léxico con cultismos y la renovación profunda de la métrica (recuperando versos poco usados como el alejandrino).

Los temas recurrentes giran en torno a una melancolía vital (spleen), el amor idealizado, la soledad y la búsqueda desesperada de la belleza como único refugio contra la vulgaridad. Esta estética influyó decisivamente en autores de la Generación del 98 como Valle-Inclán, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.

Figuras Clave: Rubén Darío y Valle-Inclán

2.2 Rubén Darío y Valle-Inclán

Rubén Darío (1867-1916) y Ramón del Valle-Inclán (1866-1936) son los pilares que definen el Modernismo en lengua española, aunque sus trayectorias divergen en el enfoque de la realidad.

Rubén Darío: El Motor del Movimiento

El poeta nicaragüense es el motor del movimiento. Su obra Azul… (1888) marcó el inicio, pero fue Prosas profanas (1896) la que consolidó la estética parnasiana, deslumbrando con un despliegue de belleza formal, sensualidad y exotismo (cisnes, princesas, mitología). Posteriormente, Cantos de vida y esperanza (1905) evidenció una evolución hacia una poesía más íntima, reflexiva y simbolista, incorporando preocupaciones existenciales y, crucialmente, una visión del “problema de España” tras el desastre del 98.

Valle-Inclán: Del Esteticismo al Esperpento

Valle-Inclán fue el principal modernista español, un escritor que encarnó la figura del artista bohemio y decadente. Sus Sonatas (1902-1905) son la máxima expresión de la prosa modernista, narrando las memorias del Marqués de Bradomín. En ellas, Valle-Inclán utiliza un lenguaje exquisito, sensorial y musical. Sin embargo, su mayor legado fue su evolución posterior y radical hacia el Esperpento, un género que él mismo creó para reflejar la visión de un país en crisis.

El Esperpento

En obras como Luces de Bohemia (1920), el esperpento consiste en una deformación sistemática y grotesca de la realidad (la famosa imagen de los espejos cóncavos y convexos de la Calle del Gato), mezclando lo trágico con lo ridículo, el habla culta con el caló. Este estilo le sirvió para ofrecer una crítica amarga y pesimista sobre la decadencia moral, política y social de la España de Alfonso XIII.

La Generación del 98: Crisis, Intrahistoria y Regeneración

2.3 Definición y Características de la Generación del 98

La Generación del 98, un término acuñado por el propio Azorín, agrupa a un conjunto crucial de intelectuales (como Unamuno, Baroja, Machado, Azorín, y Maeztu) que iniciaron su trayectoria influidos por la profunda crisis de identidad nacional que siguió al Desastre de 1898, cuando España perdió sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) ante Estados Unidos. Este evento histórico actuó como un catalizador, obligando a esta generación a emprender una profunda reflexión regeneracionista sobre la decadencia y el “Problema de España”.

Temas y Preocupaciones

A diferencia del Realismo, la preocupación del 98 es filosófica y existencial. Sus temas fundamentales son:

  • La búsqueda de la “intrahistoria” (concepto de Unamuno para referirse a la vida callada y eterna del pueblo, frente a la historia oficial).
  • La esencia de España, el sentido de la vida y el paso del tiempo.
  • La angustia existencial y el conflicto entre la fe religiosa y la razón.
  • El paisaje castellano (Soria y la Meseta), que se convierte en un símbolo del alma nacional, austera y profunda.

Estilo y Géneros

Estilísticamente, el 98 propugna una renovación estética basada en la sinceridad, la sobriedad y la sencillez expresiva, rechazando la retórica y la grandilocuencia. Su enfoque filosófico se nutre del pesimismo de Arthur Schopenhauer y el vitalismo y el nihilismo de Friedrich Nietzsche. Prefieren géneros que permitan la reflexión directa, como el ensayo, y experimentan con la novela, llevándola hacia la subjetividad (la nivola de Unamuno) o el lirismo (Azorín).

La Prosa del 98: Baroja, Azorín y Unamuno

2.4 La Prosa del 98

La prosa de la Generación del 98 se define por la individualidad estilística y la intensidad filosófica de sus tres principales exponentes:

Pío Baroja: El Pesimismo Ágil

Baroja (1872-1956) representa la visión más sombría y pesimista del grupo, plasmando en sus novelas (como El árbol de la ciencia o Zalacaín el aventurero) el sinsentido de la existencia y la desilusión social. Su estilo es antiacadémico, ágil, directo y antirretórico, caracterizado por frases cortas, un ritmo narrativo rápido y la escasez de descripciones minuciosas.

Azorín: El Impresionismo del Detalle

José Martínez Ruiz, “Azorín” (1873-1967), utiliza una prosa delicada, fragmentaria e impresionista, obsesionada con el tema del tiempo y la capacidad de detenerlo a través de la memoria y la belleza de los detalles cotidianos. Sus novelas y ensayos (como La voluntad o Castilla) son casi cuadros líricos, construidos con frases breves, un vocabulario preciso y una adjetivación sensorial selecta.

Miguel de Unamuno: La Angustia Metafísica

Unamuno (1864-1936), el gran intelectual del 98, centra su obra en la angustia metafísica derivada del conflicto insoluble entre la razón y la fe, conocido como el “sentimiento trágico de la vida”. Para plasmar esta lucha, Unamuno creó la “nivola” (Niebla, San Manuel Bueno, mártir), una novela despojada de ambiente y detalles superfluos, donde la trama se concentra en el desarrollo psicológico y el diálogo filosófico de los personajes, a quienes llama “agonistas” (luchadores).

El Novecentismo o Generación del 14: Razón y Europeización

3.1 Definición y Características del Novecentismo

El Novecentismo, también conocido como Generación del 14, emerge en la segunda década del siglo XX (aproximadamente 1910-1925) como un movimiento cultural que se posiciona cronológica e ideológicamente entre la angustia vital del 98 y la vanguardia pura del 27. Acuñado por Eugenio D’Ors, este grupo de intelectuales buscaba la modernización y “europeización” de España a través de la razón, la pulcritud formal y el rigor intelectual, oponiéndose al sentimentalismo y a la pasión que identificaban con el siglo anterior.

Principios Estéticos

  • Carácter Elitista: Sus miembros (Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Pérez de Ayala) eran, a menudo, profesores y filósofos bien formados, lo que alimentó su carácter elitista y minoritario (la literatura “para la inmensa minoría”).
  • Deshumanización del Arte: El pilar filosófico fue José Ortega y Gasset, quien teorizó la “deshumanización del arte” (1925): un arte que se distancia de lo humano y lo sentimental, centrándose en la forma pura, el juego intelectual y la perfección estética.
  • Estilo: Cultivaron un estilo elegante, armónico y muy cuidado, con un lenguaje preciso y culto, obsesionados por la idea de la “obra bien hecha”.

Géneros Predilectos: Novela Intelectualizada y Ensayo

3.2 La Prosa Novecentista

La prosa del Novecentismo se distingue por su deseo de intelectualización y su búsqueda de la perfección formal, redefiniendo géneros como la novela y elevando el ensayo a su máxima categoría.

La Novela Intelectualizada

La novela novecentista tiende a la depuración argumental, haciendo que la acción sea mínima y cediendo el protagonismo al análisis psicológico, la belleza del lenguaje y la reflexión intelectual.

  • Ramón Pérez de Ayala (1880-1962): Integra en sus obras (como Tigre Juan y Belarmino y Apolonio) profundos debates éticos y políticos mediante el uso magistral de la ironía, el humor y la dialéctica.
  • Gabriel Miró (1879-1930): Se acerca a la prosa desde un ángulo más lírico, desarrollando una escritura impresionista y sensorial (Nuestro Padre San Daniel, El obispo leproso), donde el argumento casi se disuelve en favor de la descripción detallada de objetos y sensaciones.

El Ensayo como Vehículo de Ideas

El ensayo se consolida como el género más representativo y eficaz del Novecentismo. José Ortega y Gasset (1883-1955) es su figura clave, utilizando el ensayo como herramienta de diagnóstico y regeneración cultural. En obras fundamentales como España invertebrada y La rebelión de las masas, Ortega establece un modelo de prosa didáctica, elegante y sistemática que influyó a toda la intelectualidad posterior. Este ensayo se convirtió en el medio para liderar la europeización de la cultura española a través del análisis riguroso y la claridad expositiva.

Puentes Poéticos: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez

4. Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez

Antonio Machado (1875-1939) y Juan Ramón Jiménez (1881-1958) son figuras poéticas esenciales, pues representan la transición y la síntesis entre el Modernismo finisecular y el posterior desarrollo de la Poesía Pura y la Generación del 27.

Antonio Machado: De la Intimidad a la Ética

Machado inició su carrera en la estética modernista simbólica con Soledades, galerías y otros poemas (1903), centrándose en temas íntimos como el fluir del tiempo, la memoria y la nostalgia. Su gran cambio se produjo con Campos de Castilla (1912), donde su poesía adquiere una clara dimensión ética, social e histórica. El paisaje de Castilla (especialmente Soria) se convierte en un símbolo vivo del “Problema de España”. Su estilo maduro es sobrio, sentencioso y lleno de hondura espiritual.

Juan Ramón Jiménez: La Búsqueda de la Belleza Absoluta

Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura en 1956, dedicó su vida a la búsqueda obsesiva de la belleza absoluta y la “obra bien hecha”. Partió de un Modernismo sensorial y melódico (Arias tristes), pero evolucionó hacia la Poesía Pura a partir de Diario de un poeta recién casado (1917), un libro clave que elimina todo lo decorativo para centrarse en la inteligencia, la sencillez y la desnudez de la palabra poética (la “cosa en sí”). En su etapa final (Eternidades, Dios deseado y deseante), su poesía se hace enteramente metafísica, identificando a Dios con la conciencia, la belleza y la obra artística misma.

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