Nietzsche y la Genealogía de la Moral: Origen y Evolución de los Juicios de Valor


La Procedencia y la Evolución de los Juicios de Valor «Bueno» y «Malo»

El título de esta redacción presupone la idea de que los juicios de valor «bueno» y «malo» no son, como pensaron algunos filósofos (Platón, Kant, Rousseau…), algo fijo, inmutable y eterno, sino que tienen un origen y una evolución. Este es justamente el punto de vista de **Nietzsche** y, al menos en apariencia, el de otros genealogistas de la moral.

En esta redacción, por lo tanto, intentaremos abordar y dar respuestas a preguntas fundamentales:

  • Si no existieron desde siempre, ¿de dónde nacieron los juicios de valor «bueno» y «malo»?
  • ¿Cuál fue su significado original?
  • ¿Qué cambios ha experimentado este significado hasta llegar a la actualidad?

A continuación, expondremos el punto de vista de Nietzsche en relación con estas cuestiones. Por razones de tiempo, solo podremos aludir de pasada a la postura de los otros genealogistas de la moral.

Crítica a los «Psicólogos Ingleses»

Antes que Nietzsche, otros filósofos se habían ocupado también de la procedencia y evolución de los juicios de valor. En concreto, los denominados por Nietzsche «psicólogos ingleses» habían establecido el origen de lo bueno en la **utilidad**. Nietzsche critica la forma de proceder y las conclusiones de estos genealogistas, a los que llamará «ingenuos y superficiales» y a quienes acusará de carecer de «sentido histórico».

La Moral Noble o Moral de Señores: El Significado Original

Investigación Filológica y Etimológica

Según Nietzsche, las investigaciones históricas y la investigación filológica nos fuerzan a reconocer que la antítesis bueno-malo nada tuvo que ver en su origen con la antítesis egoísta-no egoísta o con la antítesis útil-no útil. Por el contrario, al principio «bueno» y «malo» eran términos que cumplían la función de designar dos tipos de hombre con cualidades contrapuestas.

En efecto, la investigación etimológica de los términos «bueno» y «malo» en lenguas muy diferentes revela, según Nietzsche, que:

  • El término «bueno» deriva de términos como **«noble»** y **«aristocrático»** y en ocasiones hasta se identifica con estos términos.
  • La etimología del término «malo» nos remite, en cambio, a términos como **«plebeyo»**, **«bajo»** o **«vulgar»**, es decir, a cualidades contrarias a las del hombre noble o aristocrático.

La Creación de Valores por el Hombre Noble

La conclusión a la que Nietzsche llega a partir de todas estas investigaciones es que, en su origen, el término «bueno» servía para designar al tipo de hombre noble, fuerte, dominador, seguro de sí mismo, afirmativo y agresivo, que reunía —frente al hombre vulgar— cualidades como la veracidad, el agradecimiento, la nobleza de carácter y la valentía.

El juicio de valor «bueno» fue, muy probablemente, una invención de este «tipo de hombre noble» con el fin de designarse a sí mismo («Nosotros los nobles, los buenos…»), autoafirmarse y distanciarse y separarse del tipo de hombre plebeyo, caracterizado por la debilidad, la cobardía, la bajeza, la mezquindad y la mendacidad. Para este último, el hombre noble inventó el término «malo» (schlecht).

Por tanto, los términos «bueno» y «malo» fueron inventados ambos por el tipo de hombre noble y afirmativo y tienen su origen en el **pathos de la distancia**, es decir, en el sentimiento de distancia del hombre noble en relación con el mezquino hombre vulgar (plebeyo). Estos dos juicios de valor, así entendidos, son el núcleo fundamental de la que Nietzsche denomina la **«Moral noble»** o **«Moral de señores»**, cuyo origen hay que buscar en los instintos activos y de autoafirmación, propios del hombre noble y amante de la vida.

La Inversión de Valores: La Moral de Esclavos

A partir de la moral noble y como reacción contra ella y contra el hombre noble, surgirá una nueva moral que resultará de la inversión o **transvaloración de los valores** e ideales nobles operada por la casta sacerdotal.

El Papel del Sacerdote y el Resentimiento

Según Nietzsche, en casi todas las culturas antiguas, junto a la aristocracia guerrera ha habido una aristocracia sacerdotal. Características del sacerdote han sido siempre la debilidad, la impotencia, una salud enfermiza como resultado de una vida sin actividad física, y finalmente, el odio y el **resentimiento** contra el tipo de hombre fuerte y afirmativo (el hombre noble).

En estos instintos reactivos —de odio, de resentimiento, de venganza, etc.— es donde se encuentra el origen o la raíz de la que brotará la nueva **Moral de esclavos** con el fin de vengarse del hombre noble.

La Transvaloración de los Juicios

Como resultado de la transvaloración de los valores nobles, se produce la siguiente inversión:

  • El término **«malvado»** (böse) designará ahora al bueno de la moral noble, es decir, al tipo de hombre noble, fuerte y afirmativo.
  • El término **«bueno»** designará ahora al malo de la moral noble, es decir, al hombre débil, al que se humilla, al obediente, al desdichado, al enfermo y deforme.

Estas dos nuevas valoraciones (bueno = débil, humilde, obediente… y malvado = agresivo, orgulloso, seguro de sí mismo, fuerte…) constituyen el núcleo de la llamada **«Moral de esclavos»** que nace del resentimiento del sacerdote y que, a diferencia de la Moral noble, no es el resultado de una auténtica acción creadora de valores nuevos, sino de una **re-acción**, es decir, de una acción de segundo orden frente a un otro, sin cuya existencia no habría podido surgir.

Y es que el hombre dominado por el resentimiento es incapaz de crear nada realmente nuevo porque todo acto de creación auténtica es un acto de autoafirmación, y el hombre del resentimiento es incapaz de autoafirmarse. Esta nueva moral fue difundida entre los hombres débiles y plebeyos, dominados también por el resentimiento y otros afectos reactivos contra el hombre noble, y fue usada como instrumento de venganza contra él y como arma para acabar sometiéndolo.

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