El Individuo Moderno en la Sociología de Max Weber
Con base en las propuestas de Max Weber, es posible delinear la noción del individuo moderno presente en su obra. Este se define por una serie de características fundamentales que marcan su existencia en una sociedad racionalizada.
Características Principales
El individuo moderno, según Weber, se caracteriza principalmente por:
- La dedicación a la idea de profesión como vocación (Beruf).
- El apego a normas universales y abstractas.
- La deshumanización de sus labores, desempeñando su profesión sin evidenciar amor, odio, ira o pasión.
- Habitar en un mundo que ha sido «desencantado», el cual debe racionalizar constantemente a través de una ética de la responsabilidad o de la convicción.
Las Cuatro Dimensiones de la Individualidad Moderna
Esta imagen del individuo moderno se puede comprender a través de cuatro dimensiones que, en conjunto, indican la incidencia de la modernidad en él:
Dimensión Político-Legal
En esta esfera, la acción del individuo es regulada con base en los ordenamientos estatuidos de forma legal-racional. El Estado, a través de sus regulaciones jurídicas, constituye un elemento externo que, con base en su legitimidad, determina el tipo de acción que se debe seguir en asuntos de interés público. Si el individuo no actúa de la forma contemplada por el Estado, se enfrenta a la amenaza de la coacción física o psíquica de carácter legal.
Dimensión Económica
Esta dimensión también está constituida por un elemento externo al individuo. Para Weber, las reglas características de la economía capitalista, constituidas por una racionalidad formal, se encuentran establecidas de tal manera que quien no las siga no alcanzará sus metas personales dentro del ámbito económico, como la prosperidad, el enriquecimiento o la obtención de una profesión bien remunerada que permita una subsistencia digna. Esta dimensión indica claramente la relación que el individuo establece con la sociedad para proveerse de los medios que le permitan vivir y aumentar sus posesiones materiales.
Dimensión Vocacional-Aspiracional
Posee un carácter subjetivo, puesto que consiste ante todo en la idea de vocación entendida como profesión y es resultado de la racionalización de las imágenes religiosas que ocurrió en Occidente. Aunque su existencia obedece a las características de las esferas económica y política (elementos externos), es el individuo mismo quien la genera y la moldea para adaptarse a las condiciones impuestas por la sociedad. La importancia de esta dimensión radica en que proporciona el rasgo más característico de la modernidad, ya que esta idea de vocación es el principal valor que dota de sentido a la acción del individuo.
Dimensión Sensitivo-Afectiva
También de carácter subjetivo, hace referencia a la manera en que el individuo busca, dentro de las posibilidades que le brinda la modernidad, gratificaciones relacionadas con los goces erótico o sensual (placeres del cuerpo) y estético (cuestiones del gusto y del disfrute de las obras de arte). La acción social vinculada a esta dimensión no tiene condicionantes externos, ya que su despliegue depende de las valoraciones propias de quien busca desarrollarla.
Racionalidad y Ética en la Acción Social
La manera en que el individuo desarrolla su acción social, a través de cada una de estas cuatro dimensiones, tiene su base en la racionalidad. Esta característica de la individualidad moderna, según Weber, es una herencia de la filosofía clásica griega.
Tipos de Racionalidad
La racionalidad puede ser de dos tipos:
- Racionalidad con arreglo a fines: Aquella en la que el individuo elige los medios más adecuados para conseguir los fines que se ha propuesto.
- Racionalidad con arreglo a valores: Aquella en la cual se busca desarrollar una acción que pretende consumar un valor determinado, independientemente de los medios o las consecuencias.
La racionalidad, en sus dos acepciones, significa que el individuo está dotado de una capacidad mental que le permite intelectualizar la manera más adecuada de conseguir sus fines o de realizar sus valores.
Ética de la Responsabilidad y Ética de la Convicción
Dado que la modernidad implica una imagen del mundo que proporciona al individuo los valores que sustentan su acción, la ética del individuo moderno puede ser de dos tipos:
- Ética de la responsabilidad: Se busca la consecución de un determinado fin y, para ello, se toman en cuenta tanto los medios como los fines y las posibles consecuencias de la acción. Se corresponde con la racionalidad con arreglo a fines.
- Ética de la convicción: Lo que se busca es la congruencia con algún valor, sin tomar en cuenta las posibles consecuencias de la acción. Se corresponde con la racionalidad con arreglo a valores.
Relación entre Dimensiones, Racionalidad y Ética
Se aprecia una clara conexión entre las dimensiones del individuo y los tipos de racionalidad y ética:
- Las dimensiones objetivas (la político-legal y la económica) se caracterizan por poseer una racionalidad con arreglo a fines y una ética de la responsabilidad. Ello se debe a que las esferas que las determinan son externas al individuo. Los fines, medios y valores ya están preestablecidos a través de la dominación burocrática, y el individuo debe acatarlos para no exponerse a una sanción o al fracaso económico típico del capitalismo.
- Las dimensiones subjetivas (la vocacional-aspiracional y la sensitivo-afectiva) se asocian a una racionalidad con arreglo a valores y a una ética de la convicción. La razón de esto es que, en las circunstancias de la modernidad, es el individuo quien decide y establece qué valores utilizará para adquirir su vocación profesional y cómo buscará los goces sensuales, afectivos y estéticos.
