La Experiencia de la Belleza: Fundamentos de la Estética
La estética es un campo que ha estado intrínsecamente unido a la humanidad. La belleza y el arte son conceptos inherentes a la propia existencia humana. La belleza es una emoción que se despierta en uno mismo, una emoción que se denomina experiencia estética, o que puede ser despertada artificialmente.
La estética se plantea tres preguntas fundamentales:
- ¿Qué es lo bello?
- ¿Cuál es la diferencia entre belleza y fealdad?
- ¿Cómo se puede juzgar objetivamente una obra de arte?
Para responder a estas preguntas, existen dos grandes corrientes:
- El objetivismo estético: Sostiene que la belleza de una obra de arte es intrínseca. Esto significa que una obra es bella o fea por sí misma y puede apreciarse de forma objetiva; incluso una persona con mínima formación o sensibilidad puede apreciarla.
- El subjetivismo estético: Afirma que la belleza reside en el público, es decir, depende de quien observa la obra y de los sentimientos que despierte en los espectadores.
Existen, además, tres formas principales de interpretar las obras de arte:
- Los criterios formalistas: Para ellos, el valor de una obra reside en su forma, en la manera en que sus elementos están unidos, en su estructura y composición.
- Los expresionistas: Definen el valor de una obra de arte por su capacidad para despertar sentimientos y emociones.
- Los simbolistas: Para quienes el valor de una obra de arte reside en su capacidad para permitirnos entender la realidad a través de sus símbolos.
Evolución Histórica de la Estética y el Arte
Arte Clásico y Medieval: La Armonía
En la antigua Grecia, los griegos pensaban que la clave del arte era la armonía de la naturaleza. La obra de arte debía imitar a algo o alguien. Esta imitación podía hacerse de dos formas:
- Copiando su forma y elaborando el Canon, sin alterar las proporciones naturales para poder reproducirlo.
En la Edad Media, se mantiene la idea de que la belleza es armonía, pero no es la misma que la griega; es el conocimiento de la creación divina. Bajo la dirección divina, la temática religiosa y su objetivo es acercarnos a Dios, ya sea a través de la propia imitación de la naturaleza o mediante la representación simbólica.
Arte Moderno: El Gusto
En el Renacimiento, la figura del espectador comienza a cobrar importancia. En esta época, surge la perspectiva. El Renacimiento implica también el nacimiento de la burguesía, una clase social alta y rica, lo que influye en que el arte se adapte a su gusto.
Surge el mercado del arte, cuyo precio se define según el gusto de los burgueses. En el siglo XVIII, el mercado del arte extiende muchísimo su poder. Esto, unido a las diversas corrientes artísticas, propició que los críticos y los museos surgieran en el siglo XVIII como instituciones para educar y conformar el gusto.
Kant sostiene que las afirmaciones que hacemos sobre el arte se denominan juicios estéticos. Estos deben ser desinteresados para poder referirse a bellezas universales, que son la esencia de un juicio estético. Para Kant, el gusto tiene que ver con los sentimientos personales, los cuales son cambiantes y subjetivos. A pesar del agrado que despierta la obra, el juicio estético debe basarse en reglas racionales comunes a todos los seres humanos, que nos permitan discernir la belleza.
Arte Romántico: Lo Sublime
A principios del siglo XIX, cambia por completo la visión que se tenía del arte moderno. Surgen los autores románticos. Los románticos no aprecian la armonía, sino que apuestan por lo sublime, que es una forma de belleza. Lo sublime es una característica propia de la naturaleza que despierta sentimientos, a menudo de terror. Estos sentimientos provienen de la confusión, el desorden y la fuerza incontrolada e imprevisible de los fenómenos de la naturaleza. Los románticos valoran más lo pasional y lo irracional por encima de lo meramente bello. Los artistas que pueden transmitir lo sublime reciben el nombre de genios.
Arte de Vanguardia: La Libertad y la Transgresión
A finales del siglo XIX, el mercado del arte aumenta muchísimo. Como consecuencia, los artistas comienzan a ir en contra de las normas estéticas y buscan utilizar códigos innovadores, inspirados siempre en la originalidad y la sorpresa. Los artistas vanguardistas convierten el mundo del arte en un campo de experimentación que reniega de las normas fijas. Esto tiene como consecuencia el alejamiento del público, que no puede entender sus obras, y supone un distanciamiento con el artista.
Filosofía y Artes Plásticas
A partir de la Edad Moderna, el ser humano se da cuenta de que las artes plásticas pueden ser un reflejo de lo real y adquirir un valor concreto, pudiendo incluso convertirse en propaganda política.
A finales del siglo XIX, se asienta la fotografía. Esto tiene como consecuencia que ya no sea necesario que los artistas reflejen el mundo de forma mimética. Así, ahora pueden utilizar la innovación formal y reflejar sus emociones, ideas y estados de ánimo.
Nietzsche distingue dos tipos de arte, dos tendencias opuestas: lo apolíneo y lo dionisíaco.
- Lo apolíneo: Se vincula con los conceptos de equilibrio y mesura. Se refiere al dios Apolo y representa una tendencia hacia la luz, la racionalidad y el orden. Apolo, con su luz, delimita lo que existe de forma individual.
- Lo dionisíaco: Se vincula con los conceptos de la fiesta, el vino y las orgías. Representa lo irracional y lo caótico. No le interesa identificar las cosas, sino que refleja el todo como una unidad y se refiere al dios Dionisio.
Para Walter Benjamin, el problema del arte en el siglo XX se reflejaba en la reproducción técnica masiva. El arte del siglo XX elimina el aura, lo cual significa que una obra pierde su carácter único y su valor intrínseco.
Filosofía y Literatura
¿Cuál es la relación entre la filosofía y la literatura? La filosofía ha estado unida a la literatura desde el principio, y la literatura es el campo perfecto para la expresión de la filosofía. En los mitos se encuentran respuestas a los grandes problemas filosóficos. La literatura tiene un enorme valor antropológico a través de los autorretratos.
Los temas metafísicos que ha tratado la literatura incluyen la realidad y la libertad. La literatura se relaciona con la filosofía de dos formas: o bien la filosofía trata sobre la literatura, o bien se abordan temas filosóficos a través de referencias a autores, donde estos exponen sus pensamientos dramatizándolos.
Filosofía y Música
Una particularidad de la música es que requiere el desenvolvimiento temporal como elemento esencial.
Para Pitágoras, la música es un reflejo de la armonía matemática de la naturaleza. Los pitagóricos utilizan expresiones como armonía cósmica o música de las esferas.
Schopenhauer sostiene que la música puede reflejar la realidad última. Para él, la música es una manifestación de una fuerza cósmica definitiva que llama Voluntad, la cual es una fuerza ciega e irracional que permite que todo siga existiendo. La Voluntad también es fuente de sufrimiento, ya que está unida al deseo.
La música en sí es un arte al que le es muy difícil expresar ideas claras y precisas. Los músicos han buscado formas más complejas de expresión, intentando expresar problemas filosóficos; esta complejidad se expresa especialmente en la música occidental. La filosofía de Schopenhauer, vinculada a la innovación, ha influido en la música de vanguardia, la cual a menudo no se puede comprender. Adorno señala que la visión de Schopenhauer sobre la música lleva a una cierta ambigüedad, reflejando por una parte la libertad creativa que puede alejar al compositor del público.
Arte, Ética y Política
Para los griegos, el arte estaba profundamente unido a la práctica humana, porque la acción busca el bien y el arte la belleza; y la belleza y el bien van unidos. El mundo ideal de Platón es una pirámide en cuya cúspide se encuentran el Bien, la Belleza y la Verdad, en una jerarquía ideal. La opinión de Platón sobre el arte lo asocia a una fascinación material que nos aleja de la búsqueda de la realidad ideal. En su sociedad ideal, el arte está prohibido o controlado.
La fascinación material que procede del arte hace que este sirva para propagar ideas políticas, para denunciar injusticias y para plantear proyectos alternativos. También puede proporcionar ideas que legitimen el orden establecido, buscando la adhesión de masas mediante la manipulación emocional.
Los defensores del arte puro, sin embargo, defienden que el arte no tiene valor como herramienta política. Argumentan que el arte se autojustifica y, por tanto, debe limitarse a crear obras de arte puras, evitando cualquier mensaje político o ético.