Dimensión estructural del lenguaje
Fonología
El fonema es la representación mental del sonido. La fonética estudia los sonidos y la fonología, los fonemas. El filtro fonemático se formaría, si no en su totalidad, sí en buena parte, durante el primer año de vida. Nos permite identificar muy bien los sonidos de nuestra lengua y que no aparezcan otros que no reconozcamos, por ejemplo, los de otros idiomas. Cada lengua tiene unas reglas fonotácticas, que son normas no escritas que rigen la combinación de sonidos.
Léxico
La percepción del habla está sintonizada por la experiencia. Los niños de 6 a 8 meses de entornos de habla inglesa responden, al igual que los de entornos hindúes, a la diferencia entre oclusivas dentales y retroflejas. Antes de cumplir el año, ya responden como los adultos de habla inglesa: asimilándolas a la dental /d/. Cuando vemos una palabra escrita, se activa el mismo significado que cuando la recibimos auditivamente, por lo que la forma visual de las palabras es distinta a su forma auditiva.
Sintaxis
Una de las características fundamentales del lenguaje humano es que está sujeto a reglas. Estas son constitutivas, es decir, constituyen el lenguaje en sí mismo, no son un elemento añadido. El lenguaje no se explica simplemente como un conjunto de reglas.
Dos perspectivas sobre la adquisición de reglas
- Perspectiva innatista: Si a los niños nadie les enseña estas reglas explícitamente, es porque están incorporadas a la dotación genética. Lo tenemos por nuestra condición de seres humanos. Chomsky defiende esta idea: postula un mecanismo innato que los humanos poseemos como dotación, el cual nos permite aplicar reglas y principios universales en el aprendizaje del lenguaje por el mero hecho de ser humanos. Nacemos con esa gramática, y por eso la denomina gramática universal: un conjunto de principios y reglas aplicables a cualquier lengua. Por su base biológica, la capacidad lingüística es innata.
- Perspectiva constructivista o emergentista: Las reglas son inducidas por el niño. Es decir, el niño aprende el lenguaje a través de la experiencia. Este aprendizaje se basa en diferentes tipos de razonamiento:
- Razonamiento deductivo: aplicación de principios generales a ejemplos específicos.
- Razonamiento inductivo: a partir de unos pocos hechos, se extraen reglas generales.
- Abducción: una persona es capaz de lanzar hipótesis o generar pensamientos que no han sido demostrados, con el fin de demostrarlos.
Origen léxico y criterios semánticos
Los criterios semánticos son clave para decidir qué reglas aplicar. Las palabras tienen valencias, es decir, la capacidad de un elemento para combinarse con otro. Unas se combinan fácilmente con otras, mientras que otras no. Los nombres propios no tienen valencias; los verbos, en cambio, tienen muchas. Cada entrada léxica contiene dos tipos de valencias:
- Valencia semántica: Hace referencia al hecho de que una palabra proporciona una descripción parcial e insuficiente del acontecimiento o escena a los que se refiere.
- Valencia sintáctica: Es el listado de combinaciones sintácticas por medio de las cuales las relaciones semánticas deben ser expresadas en oraciones.
El verbo como núcleo de la sintaxis
La sintaxis es un sistema computacional que toma un conjunto de elementos léxicos y construye con ellos un solo objeto sintáctico. Esto se logra a través de una operación recursiva llamada ensamble, que consiste en ensamblar formas fonológicas con significado, según el programa minimalista de Chomsky. El verbo es el núcleo de la sintaxis. Es la palabra que mayor capacidad tiene de atraer términos. En el desarrollo infantil, si no hay una masa crítica de verbos conjugables, no aparece la sintaxis. Ese 20 % de verbos parece imprescindible para que surja la sintaxis. La valencia del verbo está basada en su significado léxico. Por eso, la oración como un todo es rastreable en la semántica del verbo alrededor del cual ha sido construida.
Teorías sobre el origen del lenguaje
Exaptación
Se trata de una explicación alternativa a la de la aparición gradual del lenguaje. En la exaptación, el desarrollo se da a saltos o de manera discontinua; es decir, hay fases largas de relativa estabilidad, seguidas de otras con cambios importantes y súbitos que tendrían una significación crucial en la formación de nuevas especies. Además, y en lo referido al lenguaje, según esta perspectiva, los órganos implicados en el habla podrían haberse desarrollado para otras funciones completamente ajenas. Por efectos colaterales de preadaptaciones evolutivas, acabaron siendo utilizados para el lenguaje.
Aparición gradual
Esta perspectiva está relacionada con la llamada «paradoja de la evolución». Esta paradoja se origina en el hecho de que el lenguaje no parece poder derivarse de la evolución, puesto que, en principio, no cumpliría funciones adaptativas. Por evolución, esto parece poco plausible, porque si un rasgo no es adaptativo, desaparece. La solución la propuso Sperber con el recurso de la «especie mentalista». Él sostiene que pudo haberse dado por evolución, pero siempre y cuando se tratara de una especie mentalista; es decir, una especie en la que todos sus miembros compartan las mismas intenciones y estados mentales o de conocimiento. Esta es una condición sin la cual no podría haberse dado la aparición gradual del lenguaje.
