La Ética Formal de Kant: Razón, Deber y Libertad
Frente a las éticas materiales, Kant nos propone una ética formal, a priori, vacía de contenido, que pueda ser universal y hacer al hombre libre. Para explicar esto, distingue tres tipos de acciones:
- Acciones contrarias al deber.
- Acciones conformes al deber.
- Acciones por deber.
Solo estas últimas poseen valor moral. Es una ética deontológica, que funda el principio de la moralidad de nuestras acciones en el concepto del deber.
La Moralidad Humana y los Principios a Priori
La búsqueda de los principios a priori que hacen posible la moralidad humana fue una tarea prioritaria para muchos filósofos ilustrados. La ética formal de Kant ofrece un marco sólido para reflexionar sobre la moralidad, basado en la razón, el deber y la dignidad humana. Su énfasis en la universalidad y la objetividad ha tenido un impacto duradero en la filosofía moral y en la forma en que entendemos la ética en la actualidad.
La Propuesta Ética Kantiana: Cuestiones Fundamentales y Características
En la Crítica de la razón pura, Kant afirma que todos los intereses de la razón, tanto teóricos como prácticos, se resumen en tres cuestiones fundamentales:
- ¿Qué puedo conocer?
- ¿Qué debo hacer?
- ¿Qué me cabe esperar?
Junto con el uso teórico de la razón (conocer la realidad), Kant considera un uso práctico, aplicado a dilucidar lo que debemos hacer, cuáles serían los principios y fundamentos que habrían de orientar nuestra vida moral. A ello dedica la Crítica del juicio y la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, obras que nos ocupan. En el presente texto, profundizaremos en estos aspectos.
Puntos Clave de la Ética Kantiana
A partir de estas y otras reflexiones, Kant va elaborando una propuesta ética en la que podemos destacar los siguientes puntos:
- Es una moral de intenciones: no importa tanto lo que se haga, sino la voluntad con que se haga.
- Es una moral formal: sin contenidos materiales, no nos dice el fin que debemos pretender ni nos da recetas de comportamiento.
- Es categórica: lo que debamos hacer no puede estar condicionado por ninguna pretensión ajena al deber mismo.
- Es, por todo ello, una moral autónoma: la persona, libre de cualquier orientación externa y sin condicionamientos subjetivos, decide por sí misma con arreglo a un imperativo.
- Es a priori: no es la experiencia la que nos dicta lo que tenemos que hacer, sino la razón, con independencia de la experiencia.
- Es una moral universal: extensible a todo ser humano, al margen de su condición personal, cultural o social.
Se trata de una moral muy exigente; no resulta fácil tomar una decisión moral poniendo entre paréntesis sentimientos e inclinaciones. Kant era consciente de ello, pero sostenía que no por difícil e inalcanzable habría que desestimar esta pretensión. Se trata de un horizonte, una meta que nos ayuda a la superación, que puede ser una utopía, pero no una quimera.
El Imperativo Categórico y la Dignidad Humana
Nuestro autor asume los valores que compartió con gran parte de la intelectualidad europea del siglo XVIII, y que fraguarían la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, fruto de la Revolución Francesa. Así lo vemos en una de las formulaciones de su imperativo categórico: el hombre ha de ser considerado siempre como un fin en sí mismo y nunca como un medio. He aquí el fundamento de la dignidad humana.
Con su ética formal, Kant se propuso presentar un nuevo enfoque de la moralidad humana, intentando un uso libre de la razón para comprender la realidad y la actividad humana desde ellas mismas, liberándolas de su interpretación en clave religiosa, lo que no se opone a su condición de creyente.
La temática del texto nos llevará a las distintas formulaciones del imperativo categórico:
- «Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal«.
- «Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre con el fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio«.
Para Kant, solo actuamos moralmente si lo hacemos por deber, si no atendemos a influencias externas ni a fines determinados, pues lo valioso no es el resultado de nuestras acciones, sino la buena voluntad con que las realicemos.
Hannah Arendt y el Juicio Moral: Una Perspectiva Complementaria
Hannah Arendt propone una teoría ética orientada hacia la tradición clásica; en su caso, cercana a Aristóteles. Para ella, la acción moral no se limita a maximizar la felicidad, sino que implica una relación con los demás y una responsabilidad hacia el mundo común. También va más allá del utilitarismo, en el que se considera que la moralidad de una acción se determina por sus consecuencias y se busca la mayor felicidad para el mayor número de personas.
Ahora bien, Arendt no reduce la moralidad a un mero sentimiento, como en el emotivismo, en el que se plantea que los juicios morales no expresan verdades objetivas, sino, más bien, actitudes o emociones, por lo que no afirmamos hechos, sino que expresamos nuestra aprobación o desaprobación de una acción. Y también rechaza el intuicionismo, en el que se argumenta que los juicios morales son intuitivamente evidentes, pues la bondad es una cualidad simple e indefinible que se percibe directamente. Según Arendt, la acción moral implica un juicio y una reflexión sobre el significado de nuestras acciones.
Comparación de las Éticas de Kant y Arendt
En la importancia que le da al juicio moral, Arendt se aproxima al planteamiento kantiano, aunque no busca principios universales, sino que sostiene que el juicio moral es siempre situacional y requiere la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo en contextos concretos.
Por otro lado, el planteamiento kantiano es intrínsecamente subjetivo, aunque trascendental. Es decir, está referido a un sujeto, pero en su vertiente de racionalidad universal. Para Arendt, sin embargo, la ética se desarrolla en el espacio público, en la interacción con los demás, y requiere un ejercicio constante del juicio intersubjetivo. En conclusión, Arendt pone más énfasis en la acción, mientras que Kant se centraba más en la reflexión. Además, Arendt centra su análisis en la acción humana en el mundo, mientras que Kant se centra en la teoría moral o en la psicología del agente moral. Como resultado de su interés por la acción, Arendt concede gran importancia al contexto histórico y político, considerando que la moralidad está profundamente arraigada en las circunstancias históricas y políticas, mientras que Kant se basa en principios morales atemporales y universales. Una derivada del planteamiento de Arendt es que insiste tanto en la pluralidad social como en la singularidad individual, en lugar de en la unicidad y en la uniformidad a las que pueda dar lugar un planteamiento universal y racionalista al estilo de Kant.
Conclusión: Responsabilidad Moral en un Mundo en Crisis
Tanto Kant como Arendt son dos referentes clave para comprender la naturaleza de la responsabilidad moral y la importancia de una democracia liberal basada en el imperio de la ley y en los derechos fundamentales.
En ambos casos se nos ofrece una perspectiva original y enriquecedora sobre el problema de la moralidad. Al tener en cuenta la importancia del juicio (en el caso de Kant) y al subrayar la relevancia de la acción y de la pluralidad (con Arendt), estamos más preparados para afrontar los desafíos contemporáneos sobre la naturaleza de la responsabilidad moral en un mundo en crisis de valores.