El Frente Popular y el Camino hacia la Guerra Civil Española
Tras el sangriento balance del movimiento de octubre de 1934, el 12 de febrero de 1936 tuvieron lugar unas nuevas elecciones generales. El Partido Comunista abandonó la táctica del Frente Único por la del Frente Popular, lo que suponía defender la República democrática y colaborar con los socialistas y republicanos de izquierdas. Así nació el Frente Popular en enero de 1936, firmado por Izquierda Republicana, PSOE y PCE, además de la UGT y el resto del espectro político de izquierdas.
Triunfo Electoral y Primeras Medidas
Las elecciones de 1936, en las que triunfó el Frente Popular, contaron con una participación del 72% del censo. El Frente Popular obtuvo el 34,3% de los votos, mientras que la derecha unida obtuvo un 33,2% y el centro el 5,4%. La mayoría que estipulaba la ley favorecía en esta ocasión a la izquierda, que obtuvo 278 escaños en unas elecciones marcadas por la participación anarquista. Los resultados de estas elecciones se vieron afectados por los escándalos de corrupción del partido republicano de Lerroux. Además, la derecha se presentó desunida, ya que los anarquistas apoyaron las candidaturas del Frente Popular.
El Frente Popular, que se tradujo en un gobierno de republicanos de izquierda en exclusiva, estaba presidido por Manuel Azaña. En él, socialistas y anarquistas renunciaron a entrar, pero lo apoyaban parlamentariamente.
Las tres principales medidas adoptadas por el nuevo gobierno fueron:
- La liberación de los presos de Octubre.
- El restablecimiento del gobierno de la Generalitat en Cataluña.
- La aceleración de la reforma agraria, que generó grandes conflictos entre terratenientes y jornaleros.
Los enfrentamientos en las ciudades se manifestaron también al exigir los sindicatos obreros la readmisión de los trabajadores despedidos y encarcelados, o la satisfacción de los jornales no pagados. En los campos también se produjeron movilizaciones que dieron lugar a las ocupaciones de fincas («anticipaciones») antes de que fueran sancionadas por la ley.
Creciente Tensión y el Detonante de la Guerra
La crispación política se hizo visible en el parlamento cuando José Calvo Sotelo reclamó la intervención del ejército para acabar con la República.
Se llevó a cabo una gran violencia callejera, principalmente en Madrid, por parte de los fascistas de FE y de las JONS. Estos formaron grupos paramilitares uniformados con camisas azules y el emblema del yugo y las flechas. Eran un grupo minúsculo sin representación parlamentaria, cuyos disturbios provocaron la ilegalización del partido y el procesamiento de Primo de Rivera. Los jóvenes falangistas culminaron su activismo con el asesinato del teniente Castillo el 12 de julio, lo que llevó al asesinato de Calvo Sotelo al día siguiente por compañeros del fallecido y guardias civiles. La muerte de este último fue el detonante de la sublevación contra la República que militares y civiles venían preparando desde hacía tiempo.
La Dictadura Franquista y su Relación con el Contexto Internacional
La coyuntura internacional contribuyó a la consolidación de la dictadura franquista.
Afianzamiento Inicial (1939-1943)
Por un lado, el triunfo de las potencias del Eje en la primera fase de la Segunda Guerra Mundial afianzó a los falangistas en el gobierno de Franco.
Franco colaboró con las potencias del Eje. Pretendía ampliar el área de dominio español en el Norte de África en su reunión con Hitler en Hendaya (1940), pero el Führer no cedió. Además, Franco envió fuerzas militares voluntarias para colaborar en la invasión de la Unión Soviética, conocidas como la División Azul.
Aislamiento y Apertura (1943-1950)
Sin embargo, a partir de 1942-43, la guerra cambió de rumbo en favor de los Aliados, lo que obligó a Franco a tomar medidas como suprimir símbolos fascistas o incrementar la presencia de ministros monárquicos en lugar de falangistas.
La dictadura franquista fue condenada en 1945 y 1946 por la ONU debido a su afinidad con los derrotados, recomendando a los países miembros que no mantuvieran relaciones diplomáticas con España. De esta forma, se cerraron las fronteras francesas y se excluyó a España del Plan Marshall de ayuda financiera, impulsado por EE. UU.
Reconocimiento Internacional y Guerra Fría (1948 en adelante)
A partir de 1948, debido a la Guerra Fría que enfrentaba a EE. UU. y la URSS, se atenuó el aislamiento español. El régimen franquista se presentaba como pionero en la defensa contra el comunismo. En esta fecha, Franco favoreció la perpetuación del régimen, desestimando las pretensiones de Juan Carlos de Borbón de ser rey de España.
En 1969, designó a Juan Carlos como sucesor.
En 1950, España fue reconocida por la ONU gracias a su contribución con los estadounidenses en la Guerra Fría. Franco les cedió tres bases militares terrestres y la base naval de Rota. Además, el acuerdo incluyó suministros bélicos y ayuda económica. En sus cláusulas, se permitía la introducción de bombas atómicas.
Tras este reconocimiento, casi todos los organismos internacionales, excepto la OTAN y el Mercado Común, levantaron el veto. Esto coincidió con la descolonización e independencia de Marruecos a partir de 1956.
La Constitución Española de 1931: Características Esenciales
La forzada dimisión de Primo de Rivera fue el detonante del comienzo de la transición de la dictadura a la República. El Gobierno Provisional, formado por los que habían firmado el Pacto de San Sebastián, convocó elecciones a Cortes Constituyentes para el 28 de junio de 1931 con sufragio universal masculino. Los ganadores de dichas elecciones fueron una alianza Republicano-Socialista que formó las Cortes, las cuales elaboraron una Constitución.
Esto permitió la rápida aprobación (en diciembre de 1931) de la nueva Constitución, una de las más avanzadas de las vigentes en la Europa de los años 30. Esta Constitución reflejaba el pensamiento y las propuestas del centro-izquierda republicano, por lo que no fue apoyada por la derecha.
Principios Fundamentales de la Constitución de 1931
En dicha Constitución se recogían una serie de principios clave:
- Soberanía Popular: Se proclamaba a España como una república democrática de trabajadores de toda clase.
- División de Poderes: Se estableció una división de poderes con Cortes Unicamerales de 4 años. Estas Cortes elegían al Presidente de la República y, a su vez, el Presidente de la República elegía al Presidente del Gobierno.
- PODER LEGISLATIVO: En las Cortes unicamerales, elegidas por sufragio universal en el que podían votar mujeres mayores de 23 años.
- PODER EJECUTIVO: El Gobierno, los ministros, el Presidente de la República (Jefe del Estado). El Presidente tenía pocos poderes, pero era el representante del Estado.
- PODER JUDICIAL: Era independiente.
- Libertades y Derechos Sociales: Se garantizaban la libertad de expresión, reunión y asociación. La Constitución se preocupó por las cuestiones sociales, por lo que se llevó a cabo una serie de reformas sociales, como la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza primaria. El Estado garantizaba educación a quien la mereciese y no tuviera recursos. Entre otros derechos sociales, cabe destacar la no discriminación por sexo y el derecho al voto femenino.
- Laicidad del Estado: Lo cual suponía la separación de la Iglesia y el Estado. También se permitía el divorcio y el matrimonio civil.
- Derecho a la Autonomía de las Regiones: España era un Estado único e integral, pero se permitían autonomías por voluntad de los ciudadanos que así lo decidieron en las urnas.
- Derecho a la Propiedad Individual y Libre Iniciativa: Se reconocía el sistema capitalista, pero con ciertas limitaciones, ya que estaba subordinado a los intereses mayoritarios de la sociedad.
Constitución de 1869 y el Carlismo: Contexto y Características
La Constitución de 1869: Un Hito Democrático
La Constitución de 1869 puede considerarse, tras la estela de la Constitución de 1812, como el primer texto constitucional democrático de la Historia de España:
- Se estableció como forma de Estado la Monarquía Parlamentaria y Constitucional con una estricta división de poderes:
- El legislativo, que correspondía a las Cortes bicamerales.
- El ejecutivo, al rey (pero con poderes muy limitados y ejercido a través de los ministros que debían responder de su gestión ante las Cortes).
- Y el judicial, reservado a los jueces.
- Se estableció la soberanía nacional, ejercida a través de un sufragio universal masculino de mayores de 25 años, que únicamente elegía a los representantes del Congreso.
- Se estableció la elección democrática de ayuntamientos y diputaciones.
- Reconocía un amplio y detallado listado de derechos ciudadanos, incluida la libertad de cultos y los derechos de reunión y asociación.
El Carlismo: Ideología, Ámbito Geográfico y Apoyos Sociales
La ideología carlista fue contrarrevolucionaria y antiliberal. Defendía el origen divino de la monarquía y la soberanía absoluta del monarca. La religión debía ser la base del orden político y social. Su lema era: «Dios, Patria, Rey».
Tenían una ideología foralista, es decir, defendían los fueros del País Vasco y Navarra, que eran territorios con normas, derechos e instituciones propias, así como privilegios exclusivos por los que sus habitantes no pagaban impuestos y no tenían la obligación de realizar el servicio militar. Estas zonas fueron los principales focos del carlismo, así como otras zonas secundarias como el Maestrazgo o Cataluña.
Contaron con el apoyo de:
- Los campesinos que se habían visto afectados por el «liberalismo económico» y el aumento de la presión fiscal en la etapa liberal.
- La pequeña nobleza, que estaba vinculada ya desde el Antiguo Régimen a los poderes locales y los privilegios forales, que veían peligrar con el sistema constitucional.
- El bajo clero, quienes se vieron afectados por las desamortizaciones. Además, estos contribuyeron a la defensa y difusión del carlismo a través del púlpito y el sermón.