Modelos Cognitivos: Procesamiento de la Información y Aprendizaje
La información mantenida en la memoria de trabajo puede ser codificada y guardada en la memoria de largo plazo, haciéndose posible su integración con información ya conocida, todo lo cual podrá ser recuperado para su uso posterior, realizándose así una percepción selectiva.
En el paradigma del Procesamiento Humano de la Información (PHI), a diferencia de concepciones teóricas como la conductista, el ser humano es visto como un elaborador y constructor activo de la información que recibe de su entorno, y no como un receptáculo mecánico de estímulos y emisor de respuestas controlado por su ambiente.
Partiendo de lo anterior, en el diseño de la instrucción orientada cognitivamente se ha dado mucha importancia a la comprensión de los procesos de información como fuente para el desarrollo de conocimientos y habilidades mediante la práctica escolar. Por ejemplo, considerando las capacidades y limitaciones de la memoria de trabajo. En suma, se trata de basar la práctica instruccional en el estudio de procesos, no de las conductas en sí mismas, por lo que interesan menos las “ejecuciones” de los alumnos que su comprensión durante la enseñanza y el aprendizaje.
En este punto, seguramente se habrán hecho claras las diferencias entre los dos modelos dominantes en la psicología educativa: el de tipo cognitivo, que explora los procesos intelectuales que subyacen a la conducta compleja como el pensar y resolver problemas; y el de tipo conductual, que atiende tan solo a los aspectos observables del comportamiento, explicándolo en términos de relaciones estímulo-respuesta y consecuencia.
Los modelos cognitivos se preguntan por las fases y etapas del desarrollo del individuo, atendiendo a todos los cambios que ocurren como resultado no solo de la edad, sino también del aprendizaje, ya que ambos factores son fuentes esenciales en el comportamiento humano. En esta perspectiva, es de gran importancia el estudio de los procesos relacionados con la memoria, el razonamiento, el lenguaje, la creatividad y la habilidad para tomar decisiones y resolver problemas, que son vistos como “conductas inteligentes” propias del ser humano.
Modelos Psicosociales: La Dimensión Social del Comportamiento Humano
Si el estudio del comportamiento humano prestara atención solo a lo que a simple vista es observable (su conducta), así como a los procesos que lo regulan (cognición), estaría dejando fuera otro de los aspectos que distinguen al hombre: su vida social.
La vida social en que están inmersas la educación y la cultura tienen una importancia fundamental, ya que sus efectos están presentes en todos los aspectos de nuestra existencia y la determinan en gran parte. De hecho, resulta inconcebible sobrevivir sin alguna forma de relación con otras personas. Un recién nacido, por ejemplo, es totalmente dependiente de la atención y los cuidados que se le otorgan, lo cual es posible gracias a una organización social. Los mecanismos biológicos de la herencia, aunque necesarios, no son suficientes para el desarrollo del individuo.
El estudio de los efectos de la influencia familiar, escolar y, en general, de la comunidad sobre el desarrollo del individuo (etapas de socialización), son temas de interés para los modelos sociales, ya que las experiencias vividas y los aprendizajes que tiene en esos contextos son tan poderosos que dejan huellas perdurables y profundas. Por ejemplo, en muchas ocasiones, al oír hablar a alguien, inferimos la región en la que nació. Asimismo, observando su comportamiento, ya sea al comer o al dirigirse a nosotros, tendemos a calificarla de “educada” o “mal educada”.
Otros enfoques de los modelos sociales se han interesado por dar cuenta de los motivos que influyen en los comportamientos de las personas y que son responsables de que, además de que busquen satisfactores para las necesidades básicas o primarias (como el alimento), también busquen obtener satisfacción a necesidades aprendidas socialmente, como aspirar a niveles altos de educación y tener formas de vida confortables, entre otras.
En esencia, estos modelos proponen que, en gran parte, la conducta es regulada y dirigida por factores sociales que generan aprendizaje, ya sea por la observación e imitación de los demás, como por enseñanza y educación explícitas y propositivas. Estos procesos socializadores tienen lugar primero en la familia y después en los grupos en que se participa. Las experiencias que se adquieren en estos contextos tienen efectos perdurables en el comportamiento, en la vida afectiva y en la vida intelectual.
En cuanto a las aportaciones de estos modelos, cabe destacar que están relacionadas con el estudio y la comprensión de factores que tienen efectos sobre los procesos de socialización de los individuos, por ejemplo, en las estancias infantiles y en las fases preescolares. También han tenido impacto en la práctica educativa y recreativa al proponer ambientes saludables para el desarrollo. Estos modelos también se han interesado por brindar educación sexual a los jóvenes y proporcionarles información acerca de los efectos nocivos de las conductas adictivas y delictivas que suelen adquirirse en grupos, tales como las pandillas.
Modelos Constructivistas: La Construcción Activa del Conocimiento
Hasta principios del siglo pasado, las concepciones epistemológicas realistas o empiristas y, consecuentemente, las teorías del aprendizaje asociacionistas eran dominantes en la epistemología y la psicología. Sin embargo, durante el presente siglo ha ido creciendo, tanto a nivel epistemológico como psicológico, una fuerte corriente de oposición a dichas concepciones, conocida como constructivismo.
El Aprendizaje como Construcción
Aprender es construir; no es copiar o reproducir la realidad. Se aprende cuando se es capaz de elaborar una representación personal sobre un objeto de la realidad o contenido. No se trata de una aproximación vacía, desde la nada, sino desde experiencias, intereses y conocimientos previos. Todo conocimiento nuevo se construye a partir de otro anterior. Todo lo anterior pone de relieve la importancia del contenido en los procesos de aprendizaje.
Se ha considerado que el constructivismo no es una teoría, sino más bien un marco explicativo que, partiendo de la concepción social y socializadora de la educación, ha ido integrando diversas aportaciones en torno al constructivismo. Sus principales retos son: explicar cómo se produce el cambio cognitivo y la adquisición de nuevos conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales.
Se aprende significativamente construyendo un significado propio y personal para un objeto de conocimiento que objetivamente existe. No es un proceso que conduzca a la acumulación de nuevos conocimientos, sino a la integración, modificación, establecimiento de relaciones y coordinación entre esquemas de conocimiento que ya poseíamos, dotados de cierta estructura y organización que varía en su estructura y en las relaciones con cada aprendizaje realizado.
El Constructivismo en el Ámbito Escolar
En la concepción constructivista del aprendizaje escolar y de la enseñanza, se considera que el aprendizaje es fruto de una construcción personal en la que no interviene solo el sujeto que aprende, sino que participan una serie de elementos como los “otros significativos” y los agentes culturales. Considera, asimismo, que la existencia de la institución escolar es algo inherente a la sociedad y forma de vida.
En el ámbito escolar, los contenidos constituyen un reflejo y una selección (cuyos criterios son siempre discutibles y revisables) de aquellos aspectos de la cultura cuyo aprendizaje se considera que contribuirá al desarrollo de los alumnos en su doble dimensión de socialización y de individualización. Sin embargo, como hemos anotado antes, este aprendizaje no lo realiza el alumno por sí solo. En la escuela, los estudiantes aprenden y se desarrollan en la medida en que pueden construir significados adecuados en torno a los contenidos que configuran el currículo escolar. Esta construcción incluye la aportación activa y global del alumno, su disponibilidad y conocimientos previos, en el marco de una situación interactiva entre el estudiante y su profesor.
La Complejidad del Aprendizaje Constructivista
El aprendizaje es un proceso complejo que implica la integridad del estudiante en una aventura colectiva por varias razones:
- Primero, porque la sociedad es un ente continuamente exigente en cuanto a las capacidades de sus componentes, agregando siempre nuevas demandas.
- Segundo, porque la cultura (usos, costumbres, saberes y valores) nos hace ser quienes somos, y apropiarnos de ella, revisarla críticamente y contribuir a renovarla supone, a su vez, responsabilizarnos de la elaboración de nuestra identidad.
- Tercero, porque sin la contribución del profesorado, consciente de que el conocimiento es una construcción, el aprendizaje escolar sería un incierto viaje de dudosas consecuencias.
El constructivismo destaca la importancia de la actividad mental constructiva del alumno en la realización de los aprendizajes escolares. Este principio lleva a concebir el aprendizaje escolar como un proceso de construcción del conocimiento y la enseñanza como una ayuda fundamental en este proceso. El término se refiere precisamente a esta convergencia.